Abundamientos sobre “4T: la Cuarta Traición”.
Abundamientos sobre “4T: la Cuarta Traición”.
1.- “Juntos transformemos Yucatán”
Jcfm.
En julio de 2018, mientras AMLO llenaba sus pulmones en el altiplano con el triunfo presidencial, otra escena de gozo –a menor escala– se desarrollaba mil kilómetros al oriente, allende el gran golfo, en la planicie yucateca donde Mauricio Vila Dosal (MVD) llegaba –al primer intento y sin tanto drama ni lucha– a la Silla estatal, a paso rápido desde la alcaldía de Mérida y sin pactos que no estuvieran ya hechos, cerrados y/o acordados desde el poderoso clan familiar.
A diferencia de AMLO, MVD nunca tuvo preparación alguna –política, académica o curricular– en el tema indígena antes de ser diputado por Mérida, alcalde y luego gobernador. No tocó nunca el tema –que se recuerde o se demuestre fácilmente– de los pueblos originarios, en su caso del pueblo Maya. Con esta ignorancia supina hecha gobierno, a Vila se le hizo fácil alinearse a los dictados de AMLO, quien quería un tren que atravesaría todo Yucatán (y Campeche y Quintana Roo), así que AMLO tendría su tren. A partir de allí todo sería cuesta abajo, manejando la política del “dando y dando”.
De ideología conservadora, empresarial y neoliberal como el que más, MVD se intuía inmune a la palabrería de AMLO con sólo dejarlo hacer. Le barrería el camino y todo sería armonía. Y para demostrar su buen ánimo de panista comprometido con la 4T, puso como lema de su gobierno una vaguedad muy directa: “Juntos transformemos Yucatán”.
¿Quién diría que el gobierno estatal más conservador, racista y discriminador de México –fifí como el que más– terminaría siendo el alumno predilecto –con estrellita en la frente– de la 4T? (Tal vez porque en el fondo son lo mismo...)
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Lunes Primero de Mayo de 2023. Segundo Día del Trabajo en el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032. El show de “Las Mañaneras” ha tenido hoy a un invitado muy especial: el góber yucateco Mauricio Vila.
Es una lindura. Buenos modales y bien portado. Rápido capta lo que se le dice, aunque a veces opine algo. Sólo quiere que lo vean. Su sonrisa es encantadora. ¿Cómo no darle un poco del micrófono presidencial? (También pa’ que vean los panistas que el buen López, el de la 4T, tiene gallitos de plumaje vario en el palenque electorero.)
Habló tan bonito el góber sobre el tren, sobre los empleos que genera en Yucatán y los servicios que llevará... Y vaya que se defendió –con guante y cuello blancos– en el apestoso asunto de los cerdos, ja ja ja; suavizó el suelo con el anuncio de la nueva universidad (de artes, faltaba más) y de un hospitalote que ya verán cómo va a quedar en dos o tres años (o los que sean, porque va a estar bien grandote). Y tras estas buenas nuevas le entró al toro por los cuernos y soltó el asunto de que la SEMARNAT ya tiene (no dijo que desde marzo) los resultados (terribles, asquerosos) del estudio de contaminación de los cientos de granjas de cerdos y bla bla bla y un rollo mareador, y la llave del escape fue repetir lo que tan bien dijo AMLO hace varios días: Ni una granja más, ja ja ja. Sin aplausos pero sin dramas; el buen manejo de la verdad a medias, una buena dosis de ignorancia y la capacidad selectiva de la amnesia oportuna. ¡Y qué bonita sonrisa! Ninguna granja más.... Pero ninguna menos, ja ja ja.
El yuca Jenaro Villamil, mandamás de Radio-4T, compartió encantado (en su cuenta de Twitter) algunos datos del góber Vila. Es su chamba en el show diario de este régimen. “Juntos transformemos Yucatán”.
Ah, sobre el Decenio Internacional de las bla bla bla no se dijo nada. Atte. La 4T.
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Hace más de cuatro décadas, la Declaración de San José sobre Etnocidio y Etnodesarrollo en América Latina (Costa Rica, diciembre de 1981), auspiciada por la UNESCO, empezó con las siguientes líneas: “Desde hace algunos años se viene denunciando en forma creciente en distintos foros internacionales, la problemática de la pérdida de la identidad cultural de las poblaciones indias de América Latina. Este proceso complejo, que tiene raíces históricas, sociales, políticas y económicas, ha sido calificado de etnocidio.”
Particularmente importante es el punto 4 de la Declaración: “Desde la invasión europea los pueblos indios de América han visto negada o distorsionada su historia, a pesar de sus grandes contribuciones al progreso de la humanidad, lo que ha llegado a significar la negación de su existencia. Rechazamos esta inaceptable falsificación.”
Una alerta de hace más de cuatro décadas sobre la inaceptable falsificación de la historia.
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Etnocidio es el crimen de matar la identidad cultural de un pueblo mediante la discriminación, el racismo y la mentira (actual e histórica). No es, como el Genocidio, un crimen por eliminación física en masa, sino el crimen por eliminación –en masa– de la identidad cultural de un pueblo.
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Más de tres décadas después de la Declaración de San José, en octubre de 2015, el recién ascendido alcalde de Mérida, Mauricio Vila Dosal (MVD), hizo publicar la “Carta de Derechos Culturales del Municipio de Mérida”. En ella, la palabra Maya aparece cero veces. Cero. Tampoco hay referencia alguna –cero– a los derechos de los pueblos originarios.
Firman la Carta, además del Lic. Vila Dosal: el Dr. José de Jesús Williams, Rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY); el Lic. Álvaro Mimenza Aguiar, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Yucatán (CCEY); el Lic. Bernardo Laris Rodríguez, Presidente de la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT), y la Mtra. Raquel Araujo Madera, Directora del Teatro la Rendija.
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03 de Mayo de 2023. Segundo Día de la Santa Cruz en el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032. Estamos en la página web del Gobierno el Estado de Yucatán. Nuestra misión: demostrar que el racismo y la discriminación contra el pueblo Maya es un asunto oficial, y que las pruebas están a la vista.
No hay que buscar mucho. Enseguida se nota la ausencia: no hay pueblo Maya.
Vamos a la sección “Yucatán” que tiene varias subsecciones. En “Perfil Demográfico” no hay rastro de lo Maya; Yucatán es homogéneo al parecer; también –se infiere– es monolingüe. Pero sigamos. En la subsección de “Historia” la cosa empieza así: “Corriendo el año de 1517 [...] desembarcó en Cabo Catoche la expedición encabezada por Don Francisco Hernández de Córdova [...]” y etcétera y así lo demás. Según esto, antes de 1517 sólo había en la Península de Yucatán, como triste y raído telón de fondo, un pueblo Maya cuya historia no parece importar en realidad.
Pero sigamos. La subsección “Cultura y Tradiciones” tiene 11 apartados; sólo en uno de los títulos aparece la palabra que buscamos: “Gran Museo del Mundo Maya”. No hay ningún apartado sobre lengua y cultura Maya. Ninguno. (Lo que más se acerca es uno del Hanal Pixán). Lo Maya que vale la pena está en el museo, dicen todos los indicios dados por el gobierno de Vila.
Aún falta lo peor: según la evidencia de su portal web, para el gobierno de Yucatán ya no hay mayas en el Estado. Se ve en la ausencia: sólo hay “Los mestizos de Yucatán” (sic). Veamos cómo empieza: “El 4 de enero de 1542, la vieja ciudad de T-Ho’ se rindió al poder de las armas españolas, después de valerosa defensa por parte de los mayas, y el 6 del mismo mes y año, Francisco de Montejo, el Mozo, fundó solemne la ciudad de Mérida. Los primeros vecinos fueron 109 hombres, quienes comenzaron a acrecentar el mestizaje [...]”. He aquí, según Vila y su gente, a los padres fundadores de toda la población de Yucatán. El texto sigue así: “Con lo fecunda que es la raza maya, la clase mestiza creció rápidamente pero su baja categoría y su pobreza les impedía habitar en el centro de Mérida, en donde moraban los españoles y los descendientes legítimos de ellos. [...] Después de que se juró en Yucatán por segunda vez la Constitución, el 8 de mayo de 1820, el mestizo comenzó con cierto temor a elevar su condición. Sus hijos tuvieron ya cabida en los colegios y [...] empezaron a ocupar puestos de alguna importancia en el gobierno. [Al] cambiar de condición, cambiaban de traje y abandonaban las barriadas.”
Pero falta lo peor. El párrafo final de “Los mestizos de Yucatán” es alucinante por su racismo, incoherencia, falta de lógica y ausencia absoluta de rigor histórico. Dice así: “Por muy largos años, los mestizos fueron señalados y mirados de menos por lo españoles hasta el año de 1847, en la que los indios se levantaron en armas contra los blancos. En esta época la distinción de clases ya no era tanto racial sino social. Los mestizos ya estaban avanzados en el manejo de las armas y como se hallaban más en contacto con los blancos que con los indios, se unieron a éstos, lo cual terminó uniendo a las dos clases.”
El texto –según logra percibirse, a pesar de su incoherencia– empaca en el mismo costal a mestizos e indios, lo cual “terminó uniendo a las dos clases” y, según toda la evidencia disponible en la sección “Yucatán” de la página web del gobierno de Vila, todos se volvieron mestizos y tan tan, ya no hay indígenas mayas en Yucatán.
Este tipo de falsificación es sobre lo que alertaba hace más de cuatro décadas la Declaración de San José sobre Etnocidio... El gobierno de MVD es, pues, un gobierno etnocida. En palabras, obras y omisiones.
Por cierto, en la página web del gobierno de Yucatán no hay ninguna referencia o alusión al Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032.
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“4T: la Cuarta Traición” es un bosquejo a mano alzada de lo que está sucediendo en México. Caso emblemático, como se dijo y se repite, es Yucatán, región en donde históricamente los españoles concentraron a la mayoría de la población maya peninsular (la que pudo abarcar con armas y grilletes después de las matanzas y las epidemias) desde el inicio de la invasión europea. Miles y miles de familias fueron obligadas a moverse y establecerse alrededor de pueblos estratégicamente situados para aprovechar la mano de obra esclava en nombre de una Corona española siempre ávida de tributos. Mérida (antes Jo’, T’ho, Ichkaansihó) se declaró capital fundada y se construyó con manos mayas bajo el látigo, la espada y la hoguera de los conquistadores... Manos mayas obligadas a demoler los cerros y edificios milenarios de su mundo antiguo para levantar, en el epicentro de la conquista peninsular, el laberinto de su esclavitud.
El sistema de sometimiento y concentración humana se mantuvo con los siglos, especialmente en la segunda mitad del XIX, una vez pasados los años más terribles de la “Guerra de Castas” (que en esencia fue un amplio y poderoso movimiento de liberación maya de los abusos del poder blanco que empeoraron después de la Independencia, la “1T” que dice AMLO), cuando inició el auge del henequén y llegaron créditos de Nueva York y contratos codiciosos para plantar decenas de miles de hectáreas –en monocultivo– del “oro verde”, convirtiendo a Yucatán –bajo el mando de unas cuantas familias blancas– en el estado más rico y esclavista de México.
Mérida, flor de la esclavitud y de la zona henequenera, orgullo de la clase hacendada, asiento de los poderes espirituales y terrenales a modo europeo, floreció como nunca antes con el “oro verde”. Grandes fortunas y grandes egos esclavistas hicieron levantar –como hasta hoy, con manos mayas– palacios europeos y avenidas con las novedades urbanas más recientes de la era industrial.
En el campo todo era henequén; hacer milpa se hizo imposible; nada que no fuera el trabajo esclavo era permitido. Así, varias leguas a la redonda de Mérida nadie pudo sembrar milpa ni crecer maíz; al pueblo maya se le negó el ejercicio del rito más sagrado y profundo de su identidad, y ya nada mejoró. Al pueblo sólo le quedó –como vestigio y clave de su identidad, como bandera última de dignidad– su lengua materna.
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Yucatán es hoy el Estado con más hablantes de lengua Maya (medio millón de bocas) en México, y es por ello bastión esencial de esta cultura viva. La mayoría de las bocas que hablan Maya se concentra en el municipio de Mérida y su ex-zona henequenera (60 municipios), que es donde las obligó a vivir el esclavismo y donde las ha mantenido –por inercia y conveniencia– el mismo sistema socio-político-económico que se nutre de votos cautivos y mano de obra barata. Diariamente, cientos de miles de bocas mayas viajan desde sus pueblos a Mérida para trabajar y ganarse la vida con sudor y honestidad.
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En el sitio oficial (portal a la región y al mundo) del Ayuntamiento de Mérida 2021-2024, al día de hoy 05 de Mayo de 2023, en la sección de la Dirección de Cultura hay varias entradas. Debajo de “Eventos”, “Convocatorias”, “Información de la ciudad” (para el turismo), “Orientación Turística”, “Servicios” y “Recorridos”, llega uno al apartado de “Cultura”, donde debajo de “Bailes”, “Música”, “Gastronomía” y “Traje típico” está el sub-apartado “Lengua Originaria: Frases Básicas Español y Maya”, que se limita a eso: una lista bilingüe de poco más de cien palabras y frases, sin presentación ni contexto ni nada. Sólo un subtítulo, cual lánguido mensaje de un pueblo sometido y cautivo: “Kuxa’ Ano’on (Estamos vivos)”.
Después de “Cultura” sigue el apartado de “Costumbres” (Leyendas, Bombas y Fiestas anuales) y finalmente se llega al de “Historia”, ocupado por un texto hecho en el más rancio estilo de cualquier crónica de conquista, colonización y luchas de poder entre blancos, donde el elemento Maya es insignificante (en el mismo estilo del Gobierno del Estado). Nada dice esta “Historia” sobre el esclavismo henequenero que hizo grande a Mérida. Nada dice de las y los mayas actuales. Es la historia blanqueada –y oficial– de la Blanca Mérida.
Para el sitio oficial del municipio con más Maya-hablantes del Estado con más Maya-hablantes de México, Mérida es tan español y europeo como el idioma dominante, tan oficial como único, tan español como su escudo colonial (vigente con todo y corona) que algún rey blanco le concedió hace siglos.
Estamos en medio de la segunda primavera del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032. Nada dice al respecto el sitio oficial del ayuntamiento. El presidente municipal de Mérida, por segunda vez en una década, es el panista Renán Barrera Concha, RBC, que quiere ser gobernador. (jcfm, mayo de 2023).
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