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El toro de fuego: un tren sobre las vías del subdesarrollo

El toro de fuego: un tren sobre las vías del subdesarrollo

Encuentro literario entre Juan Rulfo y Rómulo Gallegos en el sureste mexicano

Dedicado a la memoria de Óscar Chávez Fernández, destacado cancionero y luchador social.


Escrito para dar aliento a la lucha del Congreso Nacional Indígena por la defensa de los derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos y comunidades mayas.

Pandemia del 2020, Quintana Roo, México

Miguel Pickering @pickering_mx

Siempre que la verdad, en sus antojos,

muestre faz de mentir, callar se debe,

para no merecer tristes sonrojos.

Durante di Alighiero degli Alighieri, alias el Dante

Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo: la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza

Muhammad ibn Rushd, Averroes pa’ los cuates

0.Introducción


El sol de justicia cae parejo, falta mucho para que las lluvias apacigüen este agobio, la temporada de secas deja sentir su intensidad, la humedad relativa ronda el 73% sobre la masa de aire que con dificultad se respira, el golpe de calor de la surada no deja ni un rincón de impunidad que albergue algo de frescura, si acaso el alero de la tiendita del pueblo ofrece unas sillas de plástico donde una exigua sombra permite el devaneo de una charla trivial.


—Yo al Dante le reconozco su talento como dramaturgo, fíjate que afortunada ocurrencia la suya al escribir sobre el infierno luego de la visita que hizo a la Ciudad de México.

—Jojojo ya lo creo, pero como todo escritor de abolengo su talento radica en saber aprovechar los consejos útiles; apenas ayer en la partida el propio Averroes le sugería darle un toque de verosimilitud a su obra poética mientras le ahorcaba la cochina y lo dejaba bien cargao de pintas.

—Cierto, ese Dante es agachón para el dominó pero bien que pescó al vuelo la idea del cordobés para darle cauce a su escritura.

—Es un cabeza de güevo con las fichas, de verdad, pero debe Usted reconocer que se requiere buen juicio para escribir sobre el infierno e ir más allá de la nota roja.


La posición del sol reducía a su mínima extensión la sombra de la saliente indicando que podría ser medio día, o la una de la tarde según el horario de verano, da igual, el tiempo de por sí suele hacerse indefinible en estas tórridas geografías tropicales, aquí la mejor referencia para conocer la hora viene de los adentros, como cuando despierta el apetito con el olor a fritanga de las empanadas de quesillo; dos órdenes encargaron para almorzar don Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno y don Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos Freire, mientras continuaban platicando.


—Oiga compadre ¿qué le dijeron en la estación sobre su cámara?

—Pues nada mano, que haga la denuncia por escrito, pero que si el robo sucedió antes del trasbordo en Medias Aguas que no la pueden recibir porque ese tramo lo administra otra empresa y la tendría yo que llevar hasta Tehuantepec, ¿cómo la ves?

—Válgame, lo lamento chico, ahora que los bandidos le han privado del instrumento que proyecta su verdadera vocación, tendrá Usted que entregarse nuevamente a la escritura.

—Si caray, lo malo es que olvidé la inspiración allá en Comala.

—¿Cómo va a ser?, bien podría Usted juntarse con Dante terminando la partida del próximo jueves y adaptar sus obras para armar un guión de cine, sería un éxito el cadáver exquisito del «Llano en Llamas» compaginando a la «Divina Comedia».

—No creo, se me ocurre que vendría mejor que prepararas una versión dantesca de «Canaima» adaptada para serie de entretenimiento por internet, así se asegurarían varias temporadas, eso es lo que vende ahora Rómulo.

—¡Dele con furia vale que esto comienza a encenderse!, dígame compadre

¿cómo es que dijo el Dante que inicia su historia?, hablaba de unos círculos y no se que vainas, pero ¿dónde era que empezaba?, ¿el limbo decía que era el primer infierno?

—Si mano, eso porque cuando visitó la Ciudad de México se hospedó en la colonia Condesa.

—Bueno Juanito, ahora imagínese el relato de primera mano que podría darnos el hijo de Pedro Páramo para tener una idea diáfana de cómo es el limbo.

—Oye tú, pero el acento llanero le vendría mejor, casi puedo escuchar la voz de doña Bárbara traduciendo los cantos de los poetas que bajan al infierno y luego suben hacia Apure para contar sus aventuras. Aunque mirándolo desde aquí, viene siendo algo muy parecido a lo que nos ha tocado vivir ya estando muertos,

¿a poco no?

—Lleva razón compadre, mire que perder la vida para venir a parar en este bochinche donde andamos todos revueltos, vivos y difuntos, es como reencarnar en un personaje de sus libros.

—O de los tuyos Rómulo, donde pareciera que el tiempo no camina pero se nos va hecho la madre, mira apenas nos comimos las empanadas y ya está haciéndose otra vez de noche.

—Ni lo mencione compadre que no quiero ir de vuelta a la pensión ésa, ojalá que mañana salga al fin el tren que habrá de sacarnos de aquí.

—Hay que tener paciencia, recuerda que hoy ya no es presente y mañana será el ayer y que en este tiempo en el que vivimos los difuntos, todo trastupijeado, puede pasar un buen rato hasta que venga la locomotora que habrá de llevarnos de vuelta al futuro ya pasado.

—Espero que al menos pueda yo soñar con mi vida vale, a ver si tengo la suerte de llegar a tiempo para desvanecer los intentos golpistas contra mi gobierno y si no puedo dormir, ojalá pueda al menos avanzar con mi novela.

—Ándale pues, pero mejor sueña con que nunca te picó el mosquito que contagia el virus de la política.

—No joda vale, ese mismo día me muero; descanse, mañana seguimos con esta vaina.


El calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba como si estuviera derritiéndose en un charco de lodo. Yo me sentía nadar entre el sudor que chorreaba de ella y me faltó el aire que se necesita para respirar. Entonces me levanté. La mujer dormía, de su boca borbotaba un ruido de burbujas muy parecido al estertor.

Salí a la calle para buscar el aire; pero el calor me perseguía no se despegaba de mí. Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada […]


Juan Rulfo, 1955. Pedro Páramo.



1.El limbo


—El limbo es como la vida misma, el limbo es estar jodido pero acostumbrado compadre.

—Puede ser Rómulo, para mí el limbo es como el insomnio, mira que estuve pensando en eso anoche que no podía dormir por el calor y por un mosquito que nomás no me picaba pero como chingó zumbándome al oído toda la noche.

—Yo tampoco dormí bien vale, quizás el limbo sea como estos apuntes que garabatié anoche y que seguramente nunca vivirán en una novela publicada.

—Mjm, puede que el limbo sea como esas fotografías que viven en los negativos de la cámara que me robaron y que aún no se revelan.

—O como las personas que viven bajo la opresión y tampoco se rebelan.


El ruido de la locomotora llegando a la estación fue precedido por el silencio atronador de una caravana de gente desposeída del todo, salvo de la sobriedad traslucida en el brillo de sus ojos. La irrupción en el pueblo de esta columna de humildes no suscitó mayor desconcierto, nadie los conocía pero todos sabían que estas personas eran migrantes. Los primeros en llegar fueron los más jóvenes, luego las familias con niños, después de un rato llegaron algunos pocos adultos mayores y por último un puñado de muchachos que andaban apoyados por bastones, muletas e inclusive uno en silla de ruedas. Desde luego que el bullicio en la estación comenzó a formarse por la expectativa de ver, al fin, aquella máquina de tracción con motores diesel ALCO PA DH-19 que habría de jalar los vagones dispuestos desde hace días para movilizar almas y mercancías.


—En estas tierras se extendió hace unos 3,500 años la cultura Olmeca, fueron los promotores de las grandes civilizaciones de la selva tropical mesoamericana, nadie ha podido explicar cabalmente cómo llegó a extraviarse la organización social que tenían Rómulo. Me parte el alma ver a tanta gente en permanente éxodo.

—Qué me dice compadre, si mis paisanos están emulando la gesta del Libertador pero ahora regresando desde la Gran Colombia para volver al terruño, ¿quién iba a pensar que tantos venezolanos tendrían que desandar hoy en día por las penurias que pasó aquél ejército de hombres libres?

—Si mano, ya ves lo que decía el buen Roque cuando contaba que para que pudieran llegar hasta aquí, los de la caravana migrante tuvieron que eludir la bienvenida que les brindó nuestra guardia nacional con la diplomacia del tolete y los gases lacrimógenos, ¡que vergüenza!

—Vaya chimbo compadre, lo único agradable fue haberse encontrado con Roque Dalton, su «Poema de Amor» qué actual se escucha ahora: «los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua por ladrones, por contrabandistas, por estafadores, por hambrientos; los siempre sospechosos de todo (*me permito remitirle al interfecto por esquinero sospechoso y con el agravante de ser salvadoreño*)».

—Así es mano, el arrojo que mueve a esta gente no se entendería sin la esperanza de saberse en compañía de sus muertitos, sus queridos difuntos.

—Y mire Usted que no se las ponen fácil, el tendido de esta vía férrea pareciera funcionar como un cinturón de castidad industrial con esta enorme cremallera metálica que le cierra el paso a los migrantes que buscan llegar al Norte, mientras tanto lucran transportando transversalmente toda clase de mercancías desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México.

—¡Caray Rómulo!, es la mejor explicación que he escuchado sobre el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, pareciera que con este megaproyecto pretenden sujetar por la cintura a la Patria privándola de sus anhelos hacia los pueblos del Sur, mientras abren sus caderas para que penetre la lasciva ambición del tío Sam.

—Óigame compadre ¿pero en estos casos no podría interceder con su gobierno el cura aquél que defendía a los migrantes?

—Ay mi amigo, no muy lejos de aquí mantiene un albergue, sí, pero ese padrecito ahora pontifica contra las caravanas de migrantes pues anda más preocupado en salvar la imagen presidencial que en salvar las almas trashumantes, así que como dice el dicho, al César lo que es del César y adiós que le vaya bien.

—Está bien. Te voy a dar un papelito pa nuestro amigo de Ciudá Juárez. No lo pierdas. Él te pasará la frontera y de ventaja llevas hasta la contrata. Aquí va el domicilio y el teléfono pa que lo localices más pronto. No, no vas a ir a Tejas. ¿Has oído hablar de Oregón? Bien, dile a él que quieres ir a Oregón. A cosechar manzanas, eso es, nada de algodonales. Se ve que tú eres un hombre listo. Allá te presentas con Fernández.

¿No lo conoces? Bueno, preguntas por él. Y si no quieres cosechar manzanas, te pones a pegar durmientes. Eso deja más y es más durable. Volverás con muchos dólares. No pierdas la tarjeta.

—Padre, nos mataron.

—¿A quiénes?

—A nosotros. Al pasar el río. Nos zumbaron las balas hasta que nos mataron a todos.

—¿En dónde?

—Allá, en el Paso del Norte, mientras nos encandilaban las linternas, cuando íbamos cruzando el río.

—¿Y por qué?

—Pos no lo supe, padre.

Juan Rulfo, 1953. El Llano en Llamas



2.La lujuria


El desfile de disímbolos personajes y vendedoras de todo tipo de antojitos no cesaba en el vagón, un boletero iba con desgana pidiéndole al pasaje el ticket para perforarlo, mientras su compañero promocionaba efusivamente la venta de cerveza fría. El tren atravesaba un cañaveral a punto para la zafra, su desplazamiento era muy lento a causa de las luces de gálibo que indicaban la presencia de otro convoy que transitaba en sentido contrario esperando sobre la vía desviada unos cientos de metros adelante. Iba tan despacito el tren que algunos pasajeros se bajaban del vagón para orinar e inclusive otros tenían la ocasión de aliviar el vientre entre las cañas de azúcar.


—A este paso habremos de llegar a Villahermosa hasta mañana y a lo mejor hasta después del medio día. Este tren va mas lento que la burocracia y eso ya es mucho decir mano.

—Guarde paciencia vale, mire Usted que la burocracia es como esta locomotora, sumamente estorbosa y torpe para maniobrar ante los escollos, pero suficientemente poderosa como para arrastrar a todos los vagones.

—Seguro que sí, sobre todo por lo de arrastrar vagos. Tú conoces mucho de ferrocarriles Rómulo, pero yo creo que la burocracia tiene más bien una dimensión humana, se me figura a la autoridad de doña Rita, la que llevaba el prostíbulo de Sayula. La burocracia es como una matrona que administra los asuntos desalmada y objetivamente, con sensibilidad y precisión, como si fuera una máquina que entiende de emociones.

—Tiene razón compadre, eso es verdura, lo que Usted dice me recuerda a la historia de las hermanas Baladro referida en la novela «Las muertas» escrita por el guanajuatense Jorge Ibargüengoitia. Y es que ni los ingenieros alemanes, ni los dirigentes soviéticos, ni los monetaristas gringos, vamos ni los informáticos chinos serían capaces de inventar algo más útil para conducir este sistema brutal de lucro y opresión, no en balde le llaman la profesión más antigua del mundo.

—¿A la burocracia o la prostitución?, qué más da, igual nos tienen bien jodidos mano, quién iba a decir que la burocracia terminaría administrando la lujuria del capital.


El tren, una vez que libró el paso del otro convoy comenzó gradualmente a ganar velocidad, dejando atrás los cañaverales para internarse en una eterna llanura de potreros divididos por cercos vivos de cocuites, palo mulato y maculís. El aire por fin circulaba a través de las ventanillas de los carros de pasaje, pero era un aire tibio y pegajoso que poco aminoraba el fastidio del calor de la tarde. Intempestivamente la bestia de metal se frenó de golpe, el desconcierto se transformó en morbosa curiosidad de los pasajeros por conocer la causa del exabrupto. Al poco tiempo los primeros mirones comenzaron a esparcir la noticia que explicaba la causa de por qué la locomotora frenó en seco en medio de un acahual, se trataba de los cuerpos sin vida de tres jóvenes que habían sido arrojadas a las vías del tren.


—Carajo compadre, mire Usted que jovencitas las mataron, no entiendo cómo alguien puede ser capaz de cometer esta barbarie.

—Yo tampoco, fíjate que apenas tomé conciencia de la atroz manía depredadora que tenemos los hombres cuando leí la obra de teatro «Eterno Femenino» de Rosario Castellanos, todavía me retumban los oídos con las palabras de Juan «el verdugo», quien se regodea en su luna de miel por el dolor que le infringe con el acto carnal a su esposa Lupita: «No, no me apiadaré de ti aunque me lo supliques hincándote a mis pies. ¿Qué crees que un macho mexicano se va a dejar conmover por unas lágrimas de cocodrilo? No. Seguiré implacablemente hasta…»

—Ni las bestias se comportan así oiga, lo que sucede es que este infausto sistema y su contrato social de apoco nos van quitando humanidad, perdiéndonos en el laberinto de la desesperanza. Qué les queda a los enajenados: ¡nacer, matar y cobrar!

—¡Chingao, es como una jaula en permanente búsqueda de pájaros!, aunque engendrar monstruos que luego devoran la base productiva del capital no es la mejor manera de maximizar las ganancias. Me parece Rómulo que la burocracia es falible.

—Como el infierno mismo compadre. La muerte es la lujuria del capital.


Y hasta Lorenzo Barquero, saliéndose de su habitual ensimismamiento, aconsejó represalias:

—¿Si es que los hay, dices? ¿Dudas todavía de que todo esto no sea obra de tu enemiga? ¿No es de los lados de El Miedo de donde viene el fuego?

—Sí. Pero para hacer una acusación de esa naturaleza necesito estar seguro y hasta ahora no tengo sino simples presunciones.

—¿Acusación? ¿Y quién ha dicho que se necesita acudir a las autoridades? ¿No eres un Luzardo? Haz lo que siempre hicieron todos los Luzardos: mata a tu enemigo. La ley de esta tierra es la bravura armada; hazte respetar con ella. Mata a esa mujer que te ha jurado la guerra. ¿Qué esperas para matarla?


Rómulo Gallegos, 1929. Doña Bárbara




3.La gula


Habiendo cruzado el río Grijalva y pasando Macuspana el entorno iba tornándose caliginoso, a la bruma del bochorno se le adherían los humos de las indiscriminadas quemas agrícolas para preparar el terreno con la esperanza de lograr una milpa que alivie el hambre, claro siempre y cuando se presente la lluvia. El calor no daba tregua, el tedio menos, la única distracción era el pozol fresco para regar los tamalitos de chipilín, los salbutes de pavo y las tortas de carne asada que el pasaje engullía con mas conformismo que apetito, mientras el tren seguía su marcha.


—Está sabrosa la cachapa vale, aunque la salsita pica como la mandinga.

—Son salbutes Rómulo y la salsa pica porque está hecha con chile habanero; mira mano dale un buen trago al pozol para que se te quite lo enchilado.

—Óigame que sabroso que esta esto, que fresquito, ¿es de cacao? Yo ni traigo filo, nomás por gula es que me pedí también unas hallacas, ni modo que no las probara chico.

—Acá se llaman tamales y el pozol se hace con masa de maíz pero sí, éste que te convidé también lleva cacao. Por lo demás ni quien te crea que andas desganado, ya te empacaste una torta de asada, tres tostadas de pollo y dos cervezas.

—Coño vale tampoco es para que me ande Usted llevando la cuenta; eh pssst, déjeme acá el pozole oiga.

—Está bueno pues, pero dime una cosa, tu que anduviste bien metido en la polaca, cuéntame, ¿cómo logra un político la frugalidad teniendo tanto de dónde servirse?

—Siga con la joda vale, pierda Usted cuidado. Lo que le puedo decir es que ciertamente el éxito de un político radica en moderar su apetito sirviéndose todo lo que pueda para saciar sus anhelos de trascender, pero sin empacharse con la necedad de los proyectos imposibles. La vida pública se construye con la memoria de lo innombrable.

—Mira nomás, quién iba a decir que detrás de los proyectos inviables siempre hay un innombrable. Me recordaste el poema «Anhelo» de tu paisana Sor María de los Ángeles que dice algo como: «es mi gloria mi esperanza, es mi vida mi tormento, pues muero de lo que vivo y vivo de lo que espero», así imagino el quehacer de los políticos, como un rito perpetuo en espera de que se revuelva el río para acudir con los de siempre a pescar las ganancias.

—¡Compadre, si yo le contara!, la política resulta escatológica y ejercerla se parece más a destapar cañerías que al arte de la pesca. Y si acaso buscara algún verso para describirla elegiría los de Sor Juana Inés de la Cruz, quien en sus sonetos satíricos ironizaba: «Inés, cuando te riñen por Bellaca, para disculpas, no te falta Achaque porque dices, que traque, y que Barraque con que sabes muy bien tapar la Caca».

—Así las acomodan Rómulo, barriendo las mierdas bajo el tapete.

—Suelte el albur compadre; mire Usted lo que le digo, asómese a la derecha para ver allá en la sierra como le prenden candela a aquellas parcelas para luego sembrarlas, ya vio, ahora voltee por acá a la izquierda ¿alcanza a ver los mecheros incandescentes quemando el gas natural de los pozos petroleros? El fuego es el mismo vale, pero qué luz ilumina más la tarea de un gobierno ¿la de procurar el patrimonio cultural o aquella que fulgura con el progreso económico? Le puedo afirmar que cualquier político buscará atizar todas las llamas, cuidando nomás que no se le queme la parrillada, su éxito dependerá de equilibrar el reparto de las viandas entre el hambre de la justicia social y la gula de la corrupción. La cualidad más excepcional en este oficio debería ser la congruencia, pero al político como al parrillero no puede acusársele de servirse el primer plato.

—La triste realidad aquí es que mientras destinan cuantiosos recursos para construir una refinería de petróleo en los humedales de Dos Bocas a la cultura Maya Ch’ol, que germinó en la milpa de estas tierras, no le respetan ni el amparo de la justicia. Pero ahora sí que me apantallaste Rómulo, yo creí que a los políticos los encumbraban gracias a su única cualidad, el valemadrismo.


Un día traté de convencerlos de que se fueran a otro lugar, donde la tierra fuera buena.

¡Vámonos de aquí! –les dije-. No faltará modo de acomodarnos en alguna parte. El gobierno nos ayudará.

Ellos me oyeron, sin parpadear, mirándome desde el fondo de sus ojos, de los que sólo se asomaba una lucecita allá muy adentro.

—¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú no conoces al gobierno?

—Les dije que sí.

—También nosotros lo conocemos. Da esa casualidad. De lo que no sabemos nada es de la madre del gobierno.

—Yo les dije que era la Patria. Ellos movieron la cabeza diciendo que no. Y se rieron. Fue la única vez que he visto reír a la gente de Luvina. Pelaron los dientes molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre.

Y tienen razón, ¿sabe usted? El señor ese sólo se acuerda de ellos cuando alguno de los muchachos ha hecho alguna fechoría acá abajo. Entonces manda por él hasta Luvina y se lo matan. De ahí en más no saben si existe.

—Tú nos quieres decir que dejemos Luvina porque, según tú, ya estuvo bueno de aguantar hambres sin necesidad -me dijeron-. Pero si nosotros nos vamos, ¿quién se llevará a nuestros muertos? Ellos viven aquí y no podemos dejarlos solos.


Juan Rulfo, 1953. El Llano en Llamas



4.Avaricia y derroche


La zona de pantanos resulta un espejismo desde Centla hasta Candelaria, pasando por Catazajá y Balancán, allí los humedales brindan la ilusión deformada de la frescura del cielo que se refleja en los cuerpos de agua. Una esporádica corriente de aire parece ser la única esperanza para evadirse de esta vaporera donde la humedad pega la ropa a la piel haciendo sentir más viscoso al calor. La distancia se hace inconmensurable en la extensión de la sabana, la uniformidad solo se rompe por uno que otro petén que se divisa a lontananza. El sol omnipresente domina el estado de ánimo del paisaje y de todo lo que lo compone, su energía sofoca incluso a las garzas que vuelan sobre el fango.


—Vaya que sería lindo ser una palma en la plenitud de este horizonte, no cree compadre.

—Híjoles mano, yo encuentro más sugestivo estar cómo aquellos juncos que refrescan sus asientos en el agua y mecen sus melenas con la brisa.

—Que chévere compadre, aunque perdería Usted la vista majestuosa de la palma.

—Tal vez, pero ganaría al escuchar en primera fila el concierto de los batracios.

—Caracoles, eso no se lo voy a negar vale, aunque con el calor que hace aquí las ranas andarán con sombrilla y cantimplora.

—Oye Rómulo, además de siempre exagerar cómo es que los políticos tienen respuesta para todo.

—Veo que mucho insiste en el tema, mire Usted, le voy a explicar cómo funciona la política, imagínela como una ciénaga, como estos pantanos que estamos ahora atravesando. En las grandes llanuras las aguas indómitas que bajan de la sierra tienden a detenerse mientras fertilizan las vegas y campiñas dándole vida a la tierra. Igual pasa con la política, donde la efervescencia social cae en las planicies de la rutina que implica resolver los problemas cotidianos y poco a poco va serenándose hasta fecundar nuevas doctrinas. Así es el ciclo de la vida pública.

—O sea que la política viene siendo donde terminan por estancarse los ideales.

—Que manía la suya oiga, puede ser que la conducta desarreglada de muchos políticos, quienes de modo habitual malgastan el patrimonio nacional con ligereza, desvirtúen a la política, pero de ninguna manera invalidan su función de contener el torrente impetuoso de las bajas pasiones humanas que recurrentemente desbordan los cauces de la civilidad.

—Esta bueno Rómulo, pero sin sarcasmo o ironía cómo vamos a aguantar esa costumbre que tienen los políticos de querer llevarse toda el agua a su molino.

—La avaricia y la prodigalidad entre quienes han sido llamados a ejercer el oficio de la política serán siempre un mal menor, comparado con el enorme riesgo que supone la ruptura de los diques sociales que contienen los ímpetus salvajes de una sociedad que en muy poco se distingue de una riada que busca salirse de la vertiente.

—Has de cuenta que me describiste el sistema hidráulico desde Malpaso y la presa Peñitas hasta el vaso regulador de Tamulté en Villahermosa, pero yo siempre he creído que el agua es más bella despeñándose, por qué habría nadie de encausarla y contenerla. La libertad debería ser la máxima de la política, que cada quien andemos a nuestro aire sin más límites que la propia libertad de las demás personas.

—Para eso está concebida la política compadre, aunque no es tan sencillo hacerla funcionar así en este mundo tan complejo. Cuando hay alguna situación que lacera a la sociedad, como el hambre o la enfermedad, siempre habrá buenas personas que quieran remediarlo, pero igualmente habrá quienes se aprovechen queriendo hacer que prevalezca dicho quebranto para su beneficio político. A toda acción le corresponde una reacción igual pero en sentido contrario, de tal manera que el mayor problema para quien se sube al ring de la política son los golpes bajos de la oposición que buscan, a toda costa y por todos los medios, tumbarlo en la lona para arrebatarle el cetro del poder, aunque las nobles causas serán pospuestas una vez que se encumbran otros intereses.

—Por eso te digo que sería mejor que cada quien anduviéramos por la vida en pleno gozo de nuestras libertades, al final de cuentas la mayoría de las personas con su voluntad buscan el bien y con su inteligencia la verdad, no necesitamos de la conducción de los políticos.

—Quizás esto funcione hablando de pocas personas, pero entre las naciones la cosa cambia chico. Este mundo se divide en países que se conducen con principios democráticos y el resto.

—Ha de ser, pero ¿quién otorga el certificado democrático a los países?

—Ahí esta el detalle, muy pocos pueblos han logrado emanciparse y en el concierto mundial las naciones que enarbolan su título democrático alternan posturas opuestas en su gobierno con el propósito de mantener el crecimiento de la economía, lo cual logran jodiendo al trabajador a quien solo le otorgan un voto.

—Es decir que entre las naciones, como entre las personas, persisten los cacicazgos donde destaca «el ambicioso, el manirroto, el tarambana, el que se llenó de deudas y el que se dio a la trampa, los desesperados y los impacientes, uno que necesitaba rehacer su vida (torpemente malograda)», quienes en suma suelen ganar porque se benefician de la desorganización de los demás. Me suena como una buena descripción de la política.

—Gracias por citarme vale, pero no es fortuito que en los países que se erigen como adalides de la democracia hayan surgido los peores designios del mundo como la guerra, el colonialismo, la esclavitud y el imperialismo. Donde se acumula el capital se acrecienta la ruindad y el despilfarro, por eso nuestros países recurren al nacionalismo aunque sus programas de gobierno sirvan a poderes extranjeros que terminan imponiendo nuevas formas de colonialismo interno donde la oligarquía criolla mantiene sus canonjías.

—Ya te entendí mano, lo que me quieres decir es que en México, como en el mundo, tu libertad individual alcanza hasta dónde te encuentras con uno más cabrón ¿a poco no? Pero igual podemos valernos de la política para aspirar a tener libertades colectivas, aunque no podremos alcanzarlas porque quienes llegan al máximo puesto político terminan siempre consintiendo los designios de los meros dueños del poder, ¿así más o menos funciona la cosa?


Desde su hato de "Palmasola" el general Miguel Ardavín atalayaba el feudo en cuyo horizonte político se cernían ya los resplandores mortecinos del crepúsculo de los caudillos, que por todo el país se iba extendiendo. Ya no eran, ciertamente, los tiempos de la hegemonía absoluta de los "prestigios" regionales que –unos muertos, otros postergados, otros errantes por ajenas tierras que les fuesen propicias a sus planes de invasión armada– comenzaban a ser sustituidos por elementos extraños a sus respectivos cacicazgos y exclusivamente adictos al jefe del gobierno nacional. Pero el general Ardavín siempre había dicho:

—La política es una cuerda floja y para no pelearla el político tiene que hacer como el maromero: ¡Ojo a la tijereta y balancín con los brazos de un lado y de otro! La "tijereta" estaba, de una manera muy especial hacía algún tiempo, en la capital de la república, y sin perderla de vista, el cacique del Yuruari se mantenía aún en la cuerda haciendo sus maromas, cuando ya la mayor parte de sus compañeros no la bailaban; pero ahora su ojo avizor había percibido que aquello no andaba por allá del todo bien para su equilibrio y en consecuencia tomó el partido de retirarse del ejercicio oficial del cacicazgo, venido a menos, so pretexto de consagrarse a la atención de sus fincas y a la administración de sus empresas.


Rómulo Gallegos, 1935. Canaima



5.Ira y pereza


Luego de la Laguna de Términos se nota el cambio de paisajes al ingresar en la península de Yucatán, quizá la última referencia a la planicie costera del golfo es Escárcega, de ahí para adelante el ambiente es campechano. Por la seca, en los potreros se encuentra cabizbaja y ocre la pastura, la repentina brisa no amaina el calor nomás levanta polvaredas. Conforme se avanza hacia Champotón y de ahí a Campeche la vista costera da un breve respiro en los abigarrados vagones, la sudada humanidad que viaja en segunda pareciera que huele a mar.


—Como que hoy hace bien mucho calor, ¿no Rómulo?

—Si vale, este calor casquillero me tiene entre la ira y la pereza.

—Pa’ su máquina mano, además para colmo de males parece que el tren se está frenando.

—No joda compadre, esta ruta hace más paradas que repartidor de leche.

—Este chofer que se viene durmiendo.

—Es maquinista, no chófer Juanito y de venirse entiendo que será empleándose a fondo con los frenos electroneumáticos.

—Ah canijo Rómulo ya te espabilaste; mira allá afuera, parece que el tren se detiene porque hay una protesta, mira nomás qué multitud.


El tren detenido era flanqueado por dos columnas de campesinos que se dirigían por ambos costados hacia el frente donde se arremolinaba el grueso del contingente, otros más ingresaban a los vagones para repartir volantes a los pasajeros y pedirles una cooperación económica. Delante de la locomotora se instalaba en las redilas de una camioneta de tres toneladas un improvisado templete con equipo de sonido para dar comienzo al mitin en el cruce de un camino rural con las vías del ferrocarril. Para iniciar, el orador se tomó su tiempo enlistando a las representaciones que acudieron al bloqueo, desde Emiliano Zapata venía la gente, igual estaban presentes Palizada, Escárcega, El Milagro, El Arca y Resistencia Civil de Candelaria, también llegaron de Sabancuy, Pomuch, Champotón y Seybaplaya, de Chiná, Castamay, Kobén y Hampolol, de Tenabo, Hecelchakán y Calkiní, así como desde Hopelchen las organizaciones Ka’ Kuxtal Much’ Meyaj y Muuch Kambal. Los reclamos dejaban sentir el abandono que padecen, las denuncias se centraban en el despojo de tierras ejidales. La gente del sur acusaba a los grupos armados que obligan a los campesinos a malvender sus parcelas para extender los cultivos y plantaciones agroindustriales; igualmente pescadores y ganaderos de las tierras cercanas a la costa explicaban cómo los políticos locales y sus grupos de choque presionan a las autoridades comunitarias para arrebatarles las tierras que favorecerán el desarrollo de diversos proyectos inmobiliarios; inclusive marinos mercantes de Ciudad del Carmen se quejaban de los cada vez más constantes y violentos ataques que sufren a mano de piratas que abordan los buques logísticos que abastecen las plataformas petroleras en la Sonda de Campeche, ese reclamo también lo hacían suyo los pescadores de pulpo y camarón, de ahí los milperos se siguieron señalando las inconsistencias de los programas de apoyo al campo. Para acabar, el vocero intervino repentinamente anunciando que en la coordinación del Diálogo y Movimiento se había acordado emprender la retirada, pues tenían información sobre el despliegue de fuerzas policiales que venían desde la capital para desalojarlos, señaló que procederían de conformidad a instalarse en plantón permanente frente al palacio de gobierno.


—La voluntad y la fortuna son columnas en las que suele sostenerse la esperanza, pero nunca imaginé ser testigo, como hoy en la protesta vale, de la intensa revalidación del sistema. Fíjese Usted que me remite en algo a la narración de Carlitos en su novela del mismo nombre, la cual es muy detallada oiga.

—A mi me cae gordo Carlos Fuentes desde que le dio en la madre a mi «Gallo de Oro» junto con García Márquez, pero con respecto a su novela «La voluntad y la fortuna» estoy de acuerdo, este gobierno no tiene pies ni cabeza.

—Al contrario vale, si el relato da cuenta de la condición siamesa del poder, ya ve Usted que Josué junto a su compañero Jericó se forjan su destino en los polos opuestos del dominio, encumbrándose uno en la cúspide de la política y el otro en el cénit económico.

—Pues yo lo que recuerdo de esa obra es la narración a cargo de la cabeza decapitada del tal Josué Nadal que cuenta, recuerda y divaga, sabiéndose la víctima «número mil en lo que va del año en el que gobierna la delincuencia (traficante o corporativa), con tal cinismo que incluso se celebra el mal como si fuera el gran bien de la voluntad y la fortuna. En México no hay tragedia: todo se vuelve telenovela» ya sea de Televisa, de la productora Argos Comunicación o de Televisión Azteca, para el caso da lo mismo.

—Eso es lo que le digo compadre y también Carlitos lo decía muy bien al describir lo que vio cuando se asomó al poder: «una mirada de tigre que te hace bajar los ojos y sentir miedo y vergüenza».

—¿Será?, creo que lo único que puede sacudirnos del marasmo de la pereza es la ira, la digna rabia, solo encabronándonos tendremos los arrestos para cambiar esta situación. Aunque para enfrentar al poder no estaría mal volver a leerse la fábula que escribió el caraqueño Aquiles Nazoa sobre el perro, el chivo y los tigres, donde un perro convence a un chivo para escaparse del cautiverio a pesar de la amenaza de los tigres que hay allá afuera, a los cuales finalmente confrontan y logran burlar haciendo gala de su ingenio y bravura, y algo de suerte, claro.

—La arrechera Juanito, eso es lo que nos falta para ganarnos nuestro destino y salir bien librados de esta vaina aunque sea en un juego de azar, como unos lechúos.


Dionisio Pinzón se quedó un rato allí, sin intenciones de jugar, sólo curioseando. Le quedaba poco dinero, apenas si para cenar y pagar el hospedaje de esa noche, pues su gallo se había llevado al morir lo que el mismo animalito había dado a ganar en los meses anteriores. La verdad de las cosas es que no sabía qué hacer ni a donde ir, por eso se estuvo allí mirando, apostando totalmente a las cartas que tendía el tallador sobre el parche y también mentalmente, ganando o perdiendo el albur. Por fin se decidió. Desenfundó de la víbora el dinero que en ella guardaba y los fue a una sota de oros que estaba apareada con un as de copas.


Juan Rulfo, 1980. El Gallo de Oro.



6.Herejía


Las constantes interrupciones del recorrido en cada pueblo que cruzaba el tren parecían haberse integrado ya al itinerario, inclusive la salida de Campeche se retrasó a causa de la protesta de vecinos del Colectivo Tres Barrios, quienes luchan para evitar el desalojo que pretende consumar el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), haciéndose de sus casas a las orillas de los rieles para ampliar así el derecho de vía. Llegando a Chocholá el boletero anunció otra ‘parada de cortesía’ por alrededor de 20 minutos, la cual permitió que abordara el tren una comisión de ejidatarios quienes de viva voz, en maya y en castellano, explicaron a los pasajeros la lucha que sostienen para evitar el despojo que intentan hacerles de una reserva de monte que abarca más de 15 mil hectáreas y que está en litigio desde el 2012. También subieron mujeres y niños a vender comida, aguas de diversas frutas, miel, hamacas y otras artesanías. La nota la dieron unos chavos de la Red de Resistencia y Rebeldía Jo´ que subieron con guitarras y bongó cantando un rap de «Lengualerta» que dice: «a propósito del tren maya, vaya, vaya / si el progreso trae despojo entonces no queremos eso, no, no queremos eso / si trae ecocidio y muerte no queremos eso, escúchalo / antes aquél canto del caracol zumbaba y ahora el sonido habitual es el del gas que escapa de la coca cola que el turista destapa», a la par otros tres de sus compañeros pedían la cooperación de los pasajeros para sufragar los gastos de su graduación que estaba próxima.


La entrada a Mérida fue caótica, la ciudad era distinta por allá en los 80’s cuando la ex estación recibió al último tren, en ese entonces la blanca Mérida seguía siendo apacible, había diez veces menos coches y las vialidades no estaban colapsadas. Ahora el centro estaba anudado además por los camiones y demás vehículos detenidos en la protesta de campesinos de Hunucmá, Ucú, Umál, Chelem, Cholul, Ixil, Motul, Sinanché, Suma, Bokobá, Cansahcab y Buctzotz, quienes con la asesoría de la Red de Litigio Estratégico clausuraron el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 34 por los procedimientos ilegales, la corrupción y la complicidad supina de las autoridades con los inversores que acaparan el mercado de tierras en todo el estado de Yucatán. Para rematar, los vecinos de La Plancha también se movilizaban ante los rumores que advertían sobre el destino de los terrenos del antiguo patio de maniobras y área de almacenaje de la ex estación de trenes que hoy son un parque y centro cultural, los cuales ambiciona Fonatur para su nuevo proyecto.


—No joda vale no esperaba esta recepción, sabía que ésta Mérida sería muy distinta a nuestra joya andina del municipio Libertador, pero nunca me imagine tanto pe’o para llegar.

—Si mano, esta ciudad es un desmadre que pareciera haber perdido sus linderos.

—Además me desconcierta el lío que se traen con el tren compadre, yo se que en esta nueva realidad que vivimos después de muertos andamos rebotando por el tiempo y el espacio, que ayer fue el futuro y que mañana será pasado, que vamos de acá para allá en cada pestañeo, pero los agravios y atropellos que hemos conocido en estos días pareciera que siempre han estado ahí.

—Bueno pues en cierta medida así es Rómulo, resulta que el tren es un viejo protagonista en las historias de saqueo al pueblo yucateco, particularmente opresivo para los mayas que lo llamaron «wacax k’áak’», el toro de fuego. Las vías del ferrocarril se tendieron sobre estas tierras durante el auge del henequén, esa planta pariente de los magueyes de la cual se sacaban las fibras que requerían las industrias durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, desde aquí muy cerquita se embarcaban en el puerto de Sisal para distribuirse a todo el mundo hasta que las cuerdas naturales fueron sustituidas por la petroquímica. Estos caminos de hierro sirvieron también para desplegar la logística militar que permitió repeler y luego perseguir a los mayas que osaban rebelarse. El ferrocarril de vía ancha funcionaba como las arterias para el saqueo del «oro verde», siendo la red capilar del despojo los miles de kilómetros desmontables del trocopas, o ‘truck pass’, el sistema Decauville de vía estrecha.

—Eso de las vías desmontables resulta interesante compadre, seguramente la industria del henequén se basaba en la explotación de los mayas que trabajaban en las plantaciones con un modelo similar al progreso filantrópico, confesional y colonialista que instauró Leopoldo II de Bélgica allá por el Congo en el África Central. Lo que no entiendo es a quién coños se le ocurrió llamarle entonces «tren maya» a esta vaina, si no es más que una nueva vuelta de tuerca en el trapiche para exprimir el jugo que le queda a estos territorios.

—Puede sonar absurdo pero este megaproyecto además de compartir ese mismo ánimo de impulsar un progreso filantrópico, confesional y colonialista, ya le perdió el asco al atracón y no tiene empacho para asentar explícitamente en documentos oficiales que el «etnocidio puede tener un giro positivo» hacia «el etnodesarrollo», ¡menuda declaración de finales! ¿Si viste lo que dicen los periódicos sobre el nombre del mal llamado «tren maya»?, ya salió el peine que dicho binomio de palabras lo registraron como marca comercial para lucrar con el maldecido nombre ese.

—Menuda jodienda compadre hasta el nombre despojaron, estos rolo’e vivos no dan paso sin chinelas.

—Para que veas y si quieres más detalles sobre la explotación del «oro verde», harías bien en leer «México bárbaro», escrito por el excepcional reportero estadounidense John Kenneth Turner, encontrarás que sus crónicas resultan muy vigentes hoy en día.


Para cuando salieron de Mérida el calor de la vaguada volatilizaba la humedad y la dirigía hacia las nubes ascendentes presagiando una tremenda tormenta. En Kanxok tocó bloqueo, el fastidio de no moverse ensanchaba al bochorno, más adelante Muxupip también estaba trancado por conflictos agrarios, para ese momento la sensación térmica ya era inversamente proporcional a la que sentiría un pescado cuando lo sacan del agua. Pasando por Izamal igualmente encontraron protestas, ejidatarios del Frente de Defensa de la Tierra Felipe Carrillo Puerto que llegaron desde los municipios de Seyé, Umán, Tecoh, Motul, Kanasín, y de ahí mismo de Izamal, se manifestaban con pancartas y mantas denunciando prácticas mañosas de las autoridades ejidales y agrarias que pretendían quitarles sus terrenos. Ya en Valladolid, cuando el cielo estaba a punto de precipitarse en aguacero, los recibió otra marcha en repudio a las artimañas del ex-subprocurador del estado que buscaba cobrarse una supuesta asesoría al ejido con la adjudicación a su nombre de una extensión de tierra de unas 4,800 hectáreas, todo esto en medio del conflicto que de por sí enfrentan defendiendo los parajes de Punta Laguna que ansían explotar tour-operadores y empresarios. Para entonces se soltó a llover.


—Qué vaina vale, esto es un cuento de nunca acabar. Cuánta razón tenía mi paisano Arturo Uslar Pietri en su editorial «Sembrar el petróleo» publicada en el diario «Ahora» allá por julio de 1936, «la economía destructiva es aquella que sacrifica el futuro al presente». Esta gente lleva chola por luquearse lo del tren como si no hubiera un mañana compadre.

—Solamente que estos cuates andan sembrando conflictos en lugar de petróleo, pero sí, llevan tanta prisa que hasta parece final de sexenio.

—¿Cómo que final de sexenio vale?

—Pues si mano, parece que en lugar del primer año de gobierno estuviéramos ya en el año de Hidalgo.

—¿Qué es el año de Hidalgo?

—Es el último año del gobierno donde los altos funcionarios se lanzan al abordaje del presupuesto público gritando: ¡que chingue a su madre el que deje algo!

—Entonces más bien sería el año de la esperanza.

—Ah caray, ¿cómo es eso Rómulo?

—Un coñazote más grande porque parece que el de Hidalgo ya no les alcanza.

—Ándale pues, así mero, nomás que más gacho, se suponía que éste sería el gobierno del cambio.

—Pero compadre, ¿Usted no leyó el «Laberinto de la Soledad»?, recordará entonces lo que escribía Octavio Paz en aquél ensayo: «El simulador pretende ser lo que no es. Su actividad reclama una constante improvisación, un ir hacia delante siempre, entre arenas movedizas».

—Claro, es como el minotauro de la demagogia, pero si a esas nos vamos Rómulo yo prefiero la herejía de «Los días terrenales» escrita por José Revueltas en el año de 1949 cuando el estalinismo vigente continuaba persiguiendo opositores: «Bautista y Rosendo caminaban a ciegas a lo largo de la vía del ferrocarril, con la propaganda bajo el brazo»…


Refería que por todas aquellas tierras recorridas se advertía un inusitado movimiento de indios; que por las sabanas se divisaban a lo lejos largas hileras de gente caminando hacia el sur; que muchas churuatas habitadas cuando él iba para el Sererehuene –río de aguas negras– las había encontrado abandonadas a su regreso; que le habían dicho que el cerro del Duida y el de Uaraco ya estaban echando candela toda la noche, señal de que se aproximaban grandes y terribles acontecimientos; que en todas partes había oído hablar de la aparición de una india, de una raza desconocida, que por fin había descifrado lo que estaba escrito en una de las rocas de las cataratas del Sererehuene, lo cual significaba que se aproximaban los tiempos del indio otra vez dueño y señor de su tierra. Finalmente, dijo que desde el sur venía avanzando un gran incendio a través de toda la selva, en vista de lo cual se estaban saliendo de ella todos los racionales, chupadores de la sangre del árbol de la goma, violadores del sueño del oro con cuyo despertar se había desatado Canaima sobre la tierra del indio.


Rómulo Gallegos, 1935. Canaima



7.Violencia


Rebeliones nunca han faltado en estos territorios, aunque ha sido desde el flanco Suroriental de donde vienen, como oleadas en el tiempo, las insurrecciones que perviven en la memoria de los pueblos y comunidades mayas por más que desde el poder han buscado soterrar una y otra vez su rebeldía. Todavía no se consolidaba la conquista cuando más de 20 mil mayas de las provincias de Sotuta, Ah Kin Chel, Cochuah y Calotmul se rebelaron en noviembre de 1546 comandados por los cupules de la antigua Sací, rebautizada como Valladolid por los conquistadores; fulguraba la luna llena cuando crucificaron, descuartizaron y quemaron vivos a los españoles y a sus familias, matando de paso a cientos de naboríos que habían sido bautizados y que servían de criados en las casas de los españoles, arrancaron además los árboles plantados por el invasor y acabaron también con sus perros y gatos por el agravio de su presencia en los santuarios del Mayab. El linaje de los Cocomes se levantó también contra los conquistadores, primero Nachi Cocom en 1542 lanzó un ataque sobre la recién fundada ciudad de Mérida, aunque después optaría por negociar con el conquistador, pero pasó poco tiempo para que Andrés Cocom organizará la resistencia luego de escapar de San Juan de Ulúa y regresar en 1583 a la península para encabezar una insurrección desde un asentamiento llamado La Desconocida que sumó a los pueblos de Hocabá, Homún y Uman. En otra oleada, corriendo el año de 1761, Jacinto Canek y su capitán Joseph Chan encabezaron la rebelión de Cisteil, la cual se extendió a Tekax, Nenelá, Tixméuac, Tiholop y hasta la Estancia Huntulchac, su efímera pero violenta revolución cultural sembró los preceptos de las rebeliones por venir. El siglo XIX alcanzaría otra onda, comenzando con la guerra social maya conducida por Santiago Imán, líder de la resistencia en Tizimín, quien se alzó en armas en 1840 por la independencia de estas tierras junto con su ejército de desencantados por la esclavitud, la abyección y la ignominia, logrando consumar la Constitución de Yucatán en 1841 a la cual le debemos conceptos como las garantías individuales, la libertad de religión y la figura de amparo. Después, en 1843, se dieron las revueltas en Yalkuk, Sacalúm y en Teabo, le siguieron el alzamiento del pueblo de Huhí en 1844, las estrategias para atemorizar a los rebeldes terminaron con el fusilamiento en 1847 del caudillo de Chichimilá, Manuel Antonio Ay Tec. De ahí llegó la marejada, la insurrección de los cruso'ob que inicia cuando Cecilio Chi atacó Tepich, siguiéndole en su causa Jacinto Pat de Tihosuco, además de José Venancio Pec, Isaac Pat, José María Tzuac, Román Pec, Cosme Damián Pech, Florentino Chan, Bernardino Cen, Crescencio Poot, Paulino Martín, Asunción Cab, el soldado yucateco desertor José María Barrera, Manuel Nahuat y muchos otros mayas rebeldes que encabezaron una guerra de liberación bajo las órdenes de una cruz parlante que les hablaba en la espesura de la selva indómita, sosteniendo un asedio intermitente por el control de estos territorios que inició en 1847 y concluyó hasta 1901 después de varias negociaciones para lograr la paz. En resumen, la resistencia maya tiene entre sus haberes el sobrevivir en estas tierras confrontado a la conquista, a la colonia, a López de Santa-Anna, al Porfiriato, al PRI-gobierno, al paréntesis del PAN y ahora mismo le está midiendo las maneras a la autoproclamada «Cuarta Transformación».


La frescura de la lluvia que cayó por la noche se iba evaporando conforme se levantaba en alborada el sol por el oriente. La gente se reunía en torno al bazar donde tres jóvenes exponían un asunto que resultaba muy importante a juzgar por la atención que le arrebataban a los lomitos, al relleno negro y al escabeche que disfrutaban, acompañados de tortillas echadas a mano, los comensales en pleno almuerzo. Las jóvenes mujeres se identificaron como parte de una brigada informativa de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xiinbal, les acompañaban otros jóvenes del Centro Cultural y de Derechos Humanos Casa Colibrí, comenzaron describiendo los impactos ambientales que tendrá el nuevo proyecto del grupo Xcaret al alterar los cursos de los ríos subterráneos en ocho cenotes cercanos a los pueblos de Yalcobá, X-Tut y Sisbichén, cuya intención es simular el inframundo para el turismo en su nuevo parque de atracciones llamado Xibalbá. Luego expusieron los engaños y fraudes que varios pueblos han padecido con la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos en grandes extensiones que antes eran monte, particularmente detallaron el caso de Ebtún, Cuncunul y Dzinup, donde la empresa Lightening PV Park S.R.L. presiona y amenaza a los activistas que se oponen a su proyecto de inversión para generar energía eléctrica. También denunciaron a las grandes cadenas de producción avícola y de carne de cerdo por las afectaciones al ambiente que generan, así como a la agroindustria de la soya y el maíz que utiliza organismos genéticamente modificados y cantidades ingentes de agroquímicos para producir el alimento que consumen estos animales, que luego deponen copiosamente sus excrementos contaminando el manto freático por la filtración de sus desechos al subsuelo kárstico donde se almacena el agua. Para concluir, le dedicaron unas coplas burlonas con música de jarana y sus respectivas bombas yucatecas al ingeniero Alfonso Romo, actual jefe de la oficina de la Presidencia de México y fundador de la empresa EnerAll y Asideros Globales Corporativo S. de R.L. de C.V. dueña de varias propiedades que suman una superficie de 15,000 hectáreas en el municipio de Tizimín, entre las cuales está el rancho Asideros que se dio a conocer en la prensa nacional por el relleno que hicieron allí de un afloramiento del agua subterránea clausurando un cenote de 5,500 metros cuadrados, favoreciendo así a las operaciones de este emporio agroindustrial que al fin y al cabo cuenta con concesiones de la Comisión Nacional del Agua para explotar 16.81 millones de metros cúbicos anualmente, esto en medio de la carencia del vital líquido que se padece en la Colonia Yucatán y comunidades aledañas, donde los campesinos denuncian además la explotación que sufren los obreros agrícolas que trabajan en las fincas del inge Romo.


—Oiga vale, este tour que me organizó Usted cada vez se parece más a un viaje al corazón de las tinieblas, sería la envidia del mismísimo Joseph Conrad.

—Ni me lo digas mano que si tu tienes miedo, yo estoy temblando, fíjate que estamos por entrar a Quintana Roo y la guía menciona que en esta zona son frecuentes los asaltos.

—No me joda compadre, ¿sería por eso que antes de subir nos hicieron firmar una responsiva que anula cualquier reclamo en caso de sufrir accidentes o perder (otra vez) la vida?

—Debe ser, checa este mapa que viene en el folleto donde engraparon los boletos, mira, justo estamos pasando ahorita por aquí, por el crucero del Ideal, pero fíjate cómo luego de la desviación que va hacia Holbox, después del ejido Km

80 y hasta por acá, un tramo más allá de Leona Vicario, resaltan esta franja achurada en rojo junto a la banderita con una calavera y la palabra «DANGER».

—Coño, si es que éstos son capaces hasta de convertir la violencia en mercancía para promover nuevas ‘experiencias’ turísticas.

—Ya ves, no podrás negar que este difuso viaje sirvió para encontrar aquí mero, donde el presidente dio el banderazo para inaugurar las obras, que la violencia es la mercancía primordial que mueve al tren.

—Cónchale vale, hemos dado con el meollo del embrollo en este cangrejal, la escena del banderazo me recordó tanto a ese pasaje de la novela política «El gran solitario de Palacio» escrita por René Avilés Fabila, cuando inauguran una estación de trenes: «Si alguien presenciara la ceremonia por televisión (cálculo aventurado, puesto que nadie con televisor tendría interés en soportar demagogia) y disminuyera el volumen hasta cero, juraría que el pueblo en su sección campesina ovacionaba al Primer Mandatario por la forma en que éste sonreía y saludaba. Al final llegó a la terminal ferroviaria y rápido cortó el simbólico listón, develó la placa conmemorativa y se introdujo en el edificio, a salvo de chiflidos y palabrotas: en él solamente estaban funcionarios y periodistas». Es muy burda tanta simulación, por ello no dejo de cuestionarme ¿cómo logran hacer que sigamos consumiendo la violencia nada más por su envoltura, será que nos la disfrazan de progreso?

—Será por eso, la novela que mencionas tuvo que publicarse en Argentina porque aquí en México estaba censurada, pues desnuda con fino humor la tiranía del presidencialismo mexicano donde un caudillo impertérrito «cada seis años es transformado física y mentalmente y de nuevo se somete al voto popular, porque es democrático. Y revolucionario…» Y pues ya lo viste, no ha cambiado nada, ahí está el coro ‘progresista’ que organizaron para enaltecer las ‘virtudes’ de esta iniciativa, es la mismita partitura pero con una tonada más grave que la usada por otras voces ‘neoliberales’ de las anteriores administraciones cuando buscaban impulsar este mismo megaproyecto al que entonces le llamaba ‘Tren Transpeninsular’.


Al cabo de un rato y de varios sobresaltos en el camino por el estruendo esporádico de las balaceras, siguieron hasta Cancún pues la parada en El Tintal se suprimió ya que la estación sufre daños estructurales al haberse construido sobre una falla geológica que va desde Chiquilá hasta Naranjal. En las afueras de la ciudad un retén militar detuvo al tren, infantes de marina portando un brazalete de la guardia nacional subieron a los vagones para llevar a cabo una revisión ‘de rutina’, bajaron a una pareja y a sus tres hijos alegando que no traían papeles, el tren continuó su marcha hasta que unos 15 minutos más adelante nuevamente hizo otra parada, esta vez definitiva. Puesto que las bocinas del vagón no funcionaban, una sobrecargo informó a gritos que debido a las inundaciones causadas por las torrenciales lluvias el tren no podía continuar hasta la estación, así que los pasajeros debieron descender con su equipaje y abordar los taxis que aguardaban a un lado del crucero para llevarlos a su destino.


—¿Esto es Cancún vale?

—Sí ¿qué esperabas ver, las paradisíacas playas de arena blanca?, estamos sobre la avenida López Portillo, por allá sale uno hacia el aeropuerto, pero vente mano apúrate porque nos ganan el último taxi y ya está empezando a briznar.

—Compadre ¿cómo vamos a continuar el viaje si no llegamos ni siquiera a la estación?

—No te preocupes, ahorita nomás que nos lleven al paradero de las combis y de ahí nos lanzamos a Playa del Carmen donde quizás podamos hacer válidos estos boletos para seguir con el viaje a bordo del tren.

—Oiga Usted ya vio a todo ese gentío, allá enfrente, al otro lado del bulevar, llevan todos puesto un nasobuco y se nos quedan mirando con la familiaridad de quien ya ha visto a la muerte.

—Caray Rómulo, yo creo que son las víctimas de la pandemia por eso se han de haber dado cuenta que no estamos vivos.


Salir de Cancún resulta siempre una aventura, bordeando los charcos que parecían lagos y los baches que eran más bien cráteres, mientras seguía cayendo una pertinaz llovizna. En Puerto Morelos el tráfico se detuvo por la trifulca que provocó un grupo de choque de bolqueteros de la CTM, quienes violentaron a balazos la manifestación de vecinos que protestaban por la demolición del kiosco del parque central y en rechazo a los cambios del uso del suelo fraudulentamente promovidos por la alcaldesa a favor de los intereses hoteleros de la empresa Sakura, a la que le entregó 150 hectáreas de zonas protegidas y manglares para sus desarrollos inmobiliarios. En Playa del Carmen la estación del tren estaba precintada luego de la explosión que sucedió en el estacionamiento, pues aparentemente con un coche bomba se pretendía zanjar la pugna que persiste entre los sindicatos de taxistas que se disputan la concesión del servicio.


—Para continuar hasta Tulum tendremos que tomar otra combi Rómulo, aquí no tenemos ni para cuando salga el tren y mira nomás a toda esa gente con cubrebocas que sigue llegando, seguro esas atribuladas almas van para allá mismo donde nosotros vamos también.

—Coño vale, en esto que pintaban como el paraíso con pura muerte y violencia nos hemos topado.

—Qué te puedo decir mano, la muerte nos llega a todos aunque la violencia suelen achacársela siempre al forajido, pero sus verdaderas causas se originan en el campo del poder político. Para explicarlo basta citar acaso los versos de «Alocución» escritos en 1823 por el maestro de Bolívar, don Andrés Bello: «Que matanza a matanza y robo a robo, harto más fiera es el pastor que el lobo», ya viste el horror de lo sucedido en San Mateo del Mar a los pocos días de que nos quitamos de Oaxaca.

—Sí compadre, es terrible que ante el desacuerdo de las élites sobrevengan las masacres al pueblo. Y mire Usted, si vamos a citar a los clásicos para ubicar el origen del crimen permítame entonces recordar las palabras de alguien que sabía del tema, don Guillermo Prieto, quien luego de su viaje por los Estados Unidos señalaba clarito dónde es que se secuestra la conciencia y se aprende la violencia en su país: «la categoría militar haciendo del asesinato una profesión y un taller de violencias el cuartel, haciendo la disciplina un instrumento de asfixia».

—Nunca mejor dicho, pero vamos apurándonos porque está arreciando el aguacero y si nos demoramos en llegar a Tulum van a comenzar la partida sin nosotros, además este asunto de la pandemia ya me está preocupando, siento que me pica la garganta y me duele la cabeza, ‘cof, cof’.


—Alguien me dijo una vez que en esta guerra se iban a encontrar los hombres a sí mismos y ha resultado verdad.

Pedro Miguel Candelas ya sabe quién es y para qué ha nacido.

Dábase cuenta de que los del exterminio no podían ser los caminos por donde se lograsen las reivindicaciones sociales, nebuloso objetivo de aquella guerra, pero a falta de ideas claras a tal respecto —porción de aquel mundo postergado en la barbarie nativa— admitía la destrucción de la propiedad como una fatalidad de la lucha, no totalmente desprovista de sentido vindicativo y la practicaba empecinadamente, dándole a la guerra lo que de él podía exigir ella, que eran apenas sus rencores, pero todos puestos al servicio de la vaga causa del pueblo, cuyos destinos allí se estaban decidiendo.


Rómulo Gallegos, 1937. Pobre Negro



8.Fraude


—No juegues, que chinga nos pusieron ayer en el domino el Dante y Averroes,

¿sería que veníamos muy cansados del viaje?

—Yo se lo dije compadre, que andábamos medio gafos por todo aquello que presenciamos de balazos y de víctimas de la pandemia, pero esos mamagüevos ya han vivido muchas epidemias y guerras y cuanta vaina y pues la verdad chico es que sí, que nos hicieron trácala en la partida, no encuentro otra explicación.

—No le hace Rómulo, la próxima semana les cobramos la revancha. Lo más curioso fue que anoche por fin se sinceró Dante sobre la verdadera motivación que lo llevó a escribir su obra sobre el infierno, y es que con el pretexto de trascender la épica del poeta ante el infortunio quiere llamar la atención de Beatrice que lo trae por la calle de la amargura.

—Bueno compadre, hasta el más taimado suspira por afectos. Pero fíjese que a mí lo que me llamó la atención fue la explicación de Averroes sobre la doctrina de la independencia mutua de las verdades que quiere llevar de vuelta a su época, para liberar de las trabas dogmáticas de la religión a la ciencia del siglo XII. Bien podríamos aplicar esa vaina de la doble verdad en esta misión a la que Usted me trajo oiga.

—Tienes razón Rómulo, porque en estos días hacer una crítica al gobierno, más allá de la polémica, lo pone a uno frente a esas legiones fanatizadas que de conservador, reaccionario y golpista no lo bajan a uno, aún cuando la crítica está fundamentada como es el caso de este tren y de los despropósitos que lo mueven. Es absurdo que intenten manipular a la opinión pública queriendo descalificar el pensamiento crítico colocándolo del lado erróneo de la historia, ellos que practican la política como si fuera teología y cuya filosofía es pura simulación, tendrían que aprender de Averroes cuando nos explica que en la realidad existen verdades inaplicables al discurso y viceversa, ¿qué tan difícil les resulta reconocer que oponerse a estos megaproyectos no significa convalidar en lo más mínimo el engaño y las formas criminales con las que se manejaron los gobiernos anteriores?

—Ay Juanito, yo a esas gentes ni les mencionaría a Averroes, son tan limitados

que lo supondrán aberrante. Yo por mi parte lo que me siento es defraudado, mire que cándidamente me entregue en este viaje a las promesas que anuncia el video publicitario que Usted me compartió antes de venir, me ilusioné por descubrir los vestigios de un mundo milenario y disfrutar de la cultura maya en un entorno paradisíaco donde la vida silvestre encuentra sus santuarios derrochados por la selva, los intrincados pantanos, los ríos subterráneos y las tersas playas del Caribe. Pero la realidad ha sido muy distinta, pues lastimosamente hemos atestiguado un ambiente de conflicto en todos los sentidos, en un extremo vimos a los pueblos cercados por la misma crueldad de las reducciones que se hicieron durante la conquista para contener la rebeldía y arrebatar la tierra a los mayas, en la otra parte encontramos a la naturaleza herida de gravedad por los tajos de la corrupción que esgrime el progreso igual que el conquistador blandía su espada para expoliar los territorios, aunque ahora a la nueva evangelización capitalista le llaman ‘bienestar’.

—Para eso mismo te invité mano, para contrastar mis percepciones sobre este

asunto, pero ya veo que andamos mirando la misma chingadera y eso que todavía nos falta el último tramo para completar el recorrido. Para mí lo más chocante fue hallar en la cúspide de todos estos problemas que mencionas a una maquinación del lucro travestida de política social que en el discurso insiste en que se debe atender primero a los pobres, pero en la práctica resulta agachona y servil ante los poderosos, esa hipocresía me resulta repugnante. Como dice el dicho, dime con quién andas y te diré quien eres, basta conocer la calaña de los personajes que se benefician con los contratos ferro-inmobiliarios para saber el verdadero color con el que se pinta la política que auspicia este megaproyecto, verde dólar manito, verde dólar. Me cae que para colmo de cinismos solamente falta que esta caterva quiera promocionar el tren mal llamado maya utilizando los «Cantos Ferrocarrileros» que reunió Óscar Chávez. Estoy muy encabronado.


La estación de Tulum se encontraba en remodelaciones, además el tren no podía salir a causa del colapso de una cueva bajo el paso de las vías que debido al reblandecimiento del suelo por tanta lluvia ocasionó el surtimiento de una piscina natural por debajo del terraplén y parte de la carretera. Los accesos a Felipe Carrillo Puerto estaban bloqueados por vecinos y ejidatarios, solamente permitían el paso de vehículos locales y ambulancias. Activistas del Centro Comunitario U Kúuchil K Ch’i’ibalo’on y del Colectivo Felipe Carrillo Puerto repartían tapabocas y gel sanitizante mientras desplegaban sendas lonas con las indicaciones de salubridad para mantener la sana distancia y mitigar los contagios del COVID-19, advirtiendo pedagógicamente que la construcción masiva de nuevos centros de población en la selva, sabanas y humedales, traería a su vez la emergencia de nuevas enfermedades y calamidades para el pueblo maya y para la ciudadanía en general. En Cafetal-Limones estaban trabajando en una estación improvisada, puesto que la Asamblea de Colectivos del Poniente de Bacalar logró frenar junto a ejidatarios, pobladores e inclusive empresarios turísticos de este pueblo mágico la construcción de una estación a orillas de su fabulosa laguna de los siete colores. Por la desviación a Mahahual, en aquella brecha que abrieron hace décadas don Ramón Pérez y su compadre don Santos para comunicar lo que entonces era un apacible pueblo de pescadores, sobre el manglar se interponía una irrupción eterna de minúsculos cubículos con pequeños tinacos en la azotea, los cuales pretendían conformarse a base de cemento en un ‘polo de desarrollo’. En el entronque que va hacia Miguel Hidalgo los piñeros de Ávila Camacho, Divorciados, Vallehermoso, La Pantera, Margarita Maza, Lázaro Cárdenas y Nuevo Israel bloqueaban la carretera exigiendo apoyos a la Secretaría de Agricultura, justo frente al predio Xtomoc, ese macizo de selva pegado a la laguna que fue habilitado como centro de adiestramiento para las fuerzas especiales del ejército luego del alzamiento zapatista en 1994, de donde egresaron los GAFES que luego de desertar conformaron al temible grupo criminal de los Zetas. De ahí que en toda la redonda campea el narcotráfico desde los tiempos de Mario Villanueva, hacía apenas unos días que un general de brigada, comandante de la

34 Zona Militar, fue herido de bala al intentar asegurar una aeronave bimotor cargada con una tonelada de cocaína que aterrizó en plena carretera por la vía corta a Mérida. Entre tanto, la lluvia tampoco daba tregua.


—¡Diáscaro Juanito!, por donde quiera que andemos no dejan de aparecerse estas afligidas almas portando un barbijo, mire que debe ser difícil respirar con esa vaina debajo del tremendo palo de agua que nos está cayendo.

—Es un panorama desolador Rómulo, además tenemos que cruzar la carretera y aquí mucho presumen los pasos de fauna pero no hay ni un pinche puente peatonal y el camión que va a Chetumal ya está a punto de salir.

—Oiga compadre yo entiendo que nadie está preparado para lidiar con una pandemia como la que está azotando al mundo, además en nuestros pueblos latinoamericanos prevalecen muchos contrastes y gobernarlos no es cualquier vaina chico, pero después de todo lo visto no acabo de entender de qué lado batea su presidente.

—Uy mano, juega a la defensiva parado en el montículo de problemas que se le acumulan, parece que todo el tiempo de espera que tuvo en el bullpen lo dejó medio acalambrado y cuando le toca su turno al bate nomas no conecta. Le gusta compararse con el presidente Juárez, con Francisco I. Madero y el general Lázaro Cárdenas, aunque es un hombre que gozoso ostenta sus flojos resultados y en los hechos está logrando emular en corrupción a Miguel Alemán, se conduce con la doble moral autoritaria de Luis Echeverría, pero a ver si no termina como el ‘Nopalito’ Pascual Ortiz Rubio; ‘aaachú’.

—Coño vale, yo pensaría que por estar muertos seríamos inmunes al virus éste,

¿no será que se está Usted resfriando?

—No la hagas, estás viendo que nosotros estamos como los víruses, ni vivos ni muertos y necesitados de la memoria ajena para perdurar.

—Entonces hágase para allá, no vaya a ser la de malas que ya comienzo a sentir el cuerpo un poco cortao.

—Cortado está este pobre país, siento que se nos está cayendo a pedazos por el asedio de la delincuencia, la epidemia, la falta de trabajo y la creciente polarización social, con un gobierno que pretende resolver los problemas decretando maravillas desde el púlpito en una transmisión mañanera de buenas intenciones y desatinos discursivos. Es frustrante, estoy que me lleva la tristeza.

—Encuentre sosiego en sus artes y buenos oficios compadre, escriba para resistir y resista para escribir, verá que desde el compromiso social podrá transmitir la gravedad de la situación y proponer algunas acciones para enmendarla, lo cual no es poca cosa.

—Ya quisiera yo tener la capacidad de Salvador Garmendia y escribir un relato como el de «Joel, el maquinista», aunque claro estamos en Quintana Roo y no en Barquisimeto, donde quizás resulta más natural producir tan extenso compendio de fábulas del deterioro y reflejar con maestría la desaparición de los paisajes rurales en medio de la preocupación subyacente sobre el fracaso de los proyectos modernizadores que nos siguen imponiendo.


«El tren maya: un proyecto que transformará al sureste. La gente quiere ser parte de este proyecto que traerá desarrollo sustentable e incluyente para sus familias. La obra ayudará a reactivar la actividad económica en la región durante tiempos difíciles. Habrá trabajo en la construcción y en muchos otros sectores. El tren maya cuidará el medio ambiente. Y saldará una deuda histórica con el sureste. El tren maya es por y para la gente». Video promocional de Fonatur.


«Es muy fácil decir de repente que no haya desarrollo. No podemos ser a ultranza conservacionistas cuando tenemos tanta miseria; tenemos que crear desarrollo y el desarrollo va a tener afectaciones al medio ambiente, obvio. Pero primero va la gente. No ganamos nada como país con tener jaguares gordos y niños famélicos; tiene que haber un equilibrio. Sí tiene que haber jaguares bien comidos, pero con niños robustos y educados y capacitados. Ése es el tema: muchas veces va a implicar afectar el medio ambiente, pues remediemos las afectaciones… ¿Cuál es la razón finalmente que un santón de la ecología lo quiera parar? yo no lo entiendo a no ser que sea de intereses ¿qué otra razón, técnica? Lo que va a resultar de esto desde el punto de vista ambiental es que empezarán a resarcirse muchas de las deficiencias de lo que no se hizo… Eso voltea la tortilla en términos ambientales y también sociales, porque son incluyentes. No se vale hacer ningún desarrollo si no tiene su zona de la gente más modesta ubicada dignamente en las cercanías de las áreas de producción. Para que, para que puedan ir a trabajar a pie. Hasta pedir limosna si hace falta, pero a pie». Arq. Rogelio Jiménez Pons, Director General de Fonatur y responsable de la puesta en marcha del mal llamado tren maya.


«La idea fundamental de sumarnos a este proyecto es ayudar a Fonatur y a otras agencias gubernamentales a reconstruir una narrativa diferente a la que se venía presentando en donde la idea de un simple tren que llegaba a la región iba a modificar la región y entonces era objeto de muchos ataques. Quedaba claro para nosotros que teníamos que construir una nueva visión mucho más integrada, más de desarrollo regional y en donde hablamos ahora de un corredor, un corredor que lleva prosperidad, que lleva derechos, que lleva oportunidades. México al implementar este proyecto está implementando la Agenda 2030. El moto central de la Agenda es no dejar a nadie atrás, y yo siempre he dicho no dejar a nadie pero también para ONU – Habitat no dejar ningún espacio atrás». Arq. Eduardo López Moreno, titular interino de la oficina de ONU – Habitat en México.


Vuelvo hacia todos lados y miro el Llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.

Nos dijeron:

—Del pueblo para acá es de ustedes. Nosotros preguntamos:

—¿El Llano?

—Si, el Llano. Todo el Llano Grande.

Nosotros paramos la jeta para decir que el Llano no lo queríamos. Que queríamos lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca que se llama Llano.

Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo:

—No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.

—Es que el Llano, señor delegado...

—Son miles y miles de yuntas.

—Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua.

—¿Y el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En cuanto allí llueva, se levantará el maíz como si lo estiraran.

—Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada nacerá.

—Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra.


Juan Rulfo, 1953. El Llano en Llamas



9.Traición


—Tremenda tromba que se está declarando vale.

—El clima aquí es muy traicionero, apenas hace un rato estaba nomas chispeando y de la nada se armó esta gresca de truenos, viento y lluvia que se te incrusta como aguijones en la piel.

—Desde hace días ya se venía anunciando el temporal, pero ciertamente este tiempo en el Caribe es inestable y el viento se está poniendo arrenquintao.

—¿Será que nos pegue un huracán?, nada más eso nos faltaba.

—Pues no lo se chico, pero por las rachas que se dejan sentir yo diría que mínimo llega como tormenta tropical.

—¡Pa’ su mecha! y todavía no llegamos a Chetumal.


La capital del estado de Quintana Roo toma su nombre del Pontón Chetumal, un barco de guerra con fondo plano para navegar en aguas de bajos caudales, diseñado por el vicealmirante tamaulipeco Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres y construido en Nuevo Orleans, el cual resultó clave para cumplir con la misión de establecer un asentamiento para fundar el poblado de Fray Payo Obispo conforme a las órdenes del general Porfirio Díaz que buscaba, hacia finales del Siglo XIX, pacificar a los mayas rebeldes y delimitar al margen del Río Hondo las fronteras de México con la Honduras Británica, hoy Belice. De alguna manera, a lo largo de la historia, las ínfulas nacionalistas uniformadas de patriotismo han ido separando a México de Mesoamérica con el afán de abrazar una integración más norteamericana.


—Este libro que me conseguí en Mérida, «Las Guerras de Justo» se llama, me está pareciendo muy bueno Juanito, lo escribió Francisco José Paoli Bolio y habla del diplomático mexicano que fue enviado a negociar con los estadounidenses su apoyo para contener la que llamaban «guerra de castas», mire que me está dando una visión muy peculiar para entender toda la vaina de este viaje al que Usted me trajo.

—Me lo eché mientras dormías Rómulo y pues sí, se deja leer de corridito y algo aporta su visión regional criolla para analizar el tren maya. Justo Sierra O’Reilly es reconocido como un destacado intelectual yucateco, siendo comisionado por el gobernador Santiago Méndez Ibarra para buscar apoyo externo que le ayudara a aplacar la rebelión de 1847 les ofreció la anexión de Yucatán a los gobiernos de Cuba, España, Jamaica e Inglaterra a cambio de su apoyo, incluso en plena intervención yanqui en México, Justo Sierra fue enviado a Washington para ofrecer la soberanía yucateca a cambio del soporte militar para acabar con los mayas, finalmente ninguna potencia extranjera accedió a estas pretensiones gracias a lo cual la península no dejo de ser mexicana como sí sucedió con Texas. Por ello me resulta más digna la actitud insumisa que tuvieron los rebeldes de Tinum que pasaron por las armas a los emisarios gringos que pretendían negociar la «Yucatan Bill», que era la propuesta anexionista que el presidente James Knox Polk había presentado en el Congreso de los EEUU para hacerse de estas tierras.

—A ese contexto es al que me refiero vale, yo apenas voy dimensionando la situación especial que tiene la península de Yucatán con su posición estratégica en la geopolítica que plantean los gringos para controlar todos los espacios del que consideran su Mare Nostrum.

—Tal vez yo tenga puesta la mirada muy a ras del suelo, pero me preocupa que las respuestas en este viaje no son alentadoras, basta conocer el destino que sufrieron otros personajes que han luchado por acercar la justicia hasta estos rumbos, como Felipe Carrillo Puerto, destacado periodista y defensor de los derechos de los pueblos mayas; y desde luego su hermana Elvia, una mujer adelantada a su tiempo, sufragista, luchadora social e implacable feminista. Lástima que está lloviendo si no te llevaba a la librería de la calle Héroes para que compraras la novela «La tierra enrojecida» de Antonio Magaña Esquivel, que narra la tragedia de los últimos años de Felipe Carrillo Puerto cuando se desempeñaba como gobernador de Yucatán buscando implantar el socialismo, hasta que la traición de un golpe militar terminó con su vida en 1924.

—Me siento fatigao compadre, además no creo que pase pronto esta tormentica. Que triste que terminara así Carrillo Puerto, no es nada fácil hacer prosperar a un gobierno socialista, pero hablando de mujeres adelantadas a su tiempo me recordaste a mi paisana Teresa de la Parra quien publicara aquél mismo año de 1924 su novela «Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba», donde exponía algunos rasgos autobiográficos: «tengo un alma profundamente naturista y adoro con ella la verdad sencilla de las cosas», creo que de haberse conocido Elvia Carrillo Puerto y ella hubieran sido buenas amigas.

—Tal vez y hasta intercambiaron cartas, quién sabe, por lo pronto yo voy a salir porque me muero de hambre, voy a ir al puestito de hot dogs que vi aquí cerca del hotel Ucum, ¿cuántos te vas a comer Rómulo?

—Por que no pide una pizza compadre, no vaya a ser la de malas y termine Usted por resfriarse, no se dio cuenta de la cantidad de gente con mascarilla que vimos desde que salimos de la estación.

—Con este aguacero yo creo que ni los repartidores de pizza salen, además los

hot dogs de aquí son muy buenos, por eso para no mojarme voy a agarrar un taxi,

¿cuántos te traigo?


El medio físico de la península puede parecer semejante ante los ojos del visitante, pero los matices de sus formaciones son disímiles: estratificaciones, fracturas, foliaciones, fallas, pliegues y afloramientos conforman paisajes únicos dentro de la aparente uniformidad con la que suele explicarse esta región. La gente y su entorno en la zona sur de la península también son variados, pues además de las grandes ciudades del norte, muchos poblados tienen acá una composición de orígenes muy diversos pues provienen de distintos rincones de la geografía rural. La migración forzada encontró desde la década de los 70’s la amplitud de estas tierras para acomodar asentamientos de campesinos que fueron reubicados de otros lugares del país donde los conflictos agrarios, las megaobras de infraestructura o la miseria los desplazaron. El eufemismo que les trajo se llamó ‘colonización dirigida’, muchos llegaron desde la Comarca Lagunera, de Jalisco, Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Zacatecas y otras entidades donde la modernidad no alcanzaba para todos, ¿dónde podrían dar cabida ahora a los actuales desplazados del ‘progreso’? Por el tren llegaron muchos, bajando de los vagones fueron llevados en camiones hasta el pedazo de selva que habrían de labrar para forjar su destino en un entorno desconocido y ajeno. Posteriormente en los 80’s llegaron también los refugiados guatemaltecos que huían de la guerra contrainsurgente en su país, además en las últimas décadas las oportunidades brindadas a los menonitas les han permitido lograr una conspicua expansión de sus campos agrícolas a costa de desmontar miles de hectáreas. A la complejidad de armonizar tantas visiones habría que sumar décadas de políticas erráticas que generaron incentivos encontrados sobre el uso que debería dársele al territorio, lo cual explica el deterioro ambiental y la precarización de la vida campesina que se registran actualmente. Aún así, contra todo pronóstico, persisten iniciativas que a contrasentido de estas tendencias plantean otras formas de entenderse con la naturaleza para producir prosperidad, de esta manera siguen trabajando en el ejido Noh-Bec, Xhazil Sur, Tres Reyes, igual más al sur todavía resisten en este esfuerzo el ejido Caobas, Tres Garantías y Laguna Om, hacía el rumbo de Calakmul están los ejidos Álvaro Obregón, Valentín Gómez Farías, 20 de Noviembre, Chichonal, Las Carmelas, ahí está también el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil S.C., el Colectivo Xa’aybej por la defensa del territorio, Geocomunes y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sustentable A.C., la Asociación Regional de Silvicultores de Calakmul, la Unión de Productores de Chicle Natural y la Organización de Ejidos Forestales de la Zona Maya S.C., así como muchas otras iniciativas sociales que buscan mejorar la vida de la gente que vive del monte, también están quienes protegen sus derechos como el Equipo Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos A.C.,. Tal vez los contrastes se expresan tan vívidamente en estas latitudes porque la realidad suele manifestarse de manera más diáfana en los confines de la Patria, aquí desde la última frontera a la vida se le gana trabajando para dignificar a las personas por lo que son y por lo que hacen, desconfiando siempre de las apariencias que quieren representar títulos y nombramientos mientras ocultan sus verdaderas intenciones.


—No joda compadre, ¿qué pasó aquí?, pareciera obra de la Operación Linebacker, que hubiesen rociado profusamente al agente naranja y bombardeado con napalm.

—Estos desmontes son el resultado del programa «sembrando vida» que ofrece

$4,500 pesos menos descuentos a cada campesino con título de propiedad que aporte 2.5 hectáreas limpias de vegetación para sembrar árboles frutales o maderables y pues al ser la única fuente de ingresos que tienen muchos campesinos no tienen de otra que deforestar para recibir el subsidio.

—No me diga más, ya lo miran mis ojos, es como la fábula del bombero pirómano que incendiaba la antigua Roma para asegurarse la fuente de trabajo, que pena por la selva que se han cargao, mire que pocos sitios quedan en el mundo con esta floresta.

—Qué te puedo decir, todo lo que tiene que ver con este tren es opaco y está mal hecho, según se buscaba con este programa reforestar un millón de hectáreas pero más bien fue un engaño que dejó algo de paga en la comunidades mientras preparaban el zarpazo para consumar el despojo.

—No crea que esto pasa solo en su país, oiga, ahí tiene Usted el ecocidio que se han montado en La Gran Sabana con esa vaina del Arco Minero, ni cuando escribí

«Canaima» imaginé tal vorágine por el oro. Ah, pero eso sí, las gestiones diplomáticas de nuestro bolivariano gobierno han traído de vuelta a territorio Pemón a la «Abuela Kueka», esa enorme piedra jaspe de unas 30 toneladas que fue sustraída por Wolfang Von Schwarzenfeld mediante una donación ilegal otorgada por un funcionario del Instituto Nacional de Parques en 1998 y llevada a Alemania donde fue tallada, pulida y expuesta en el parque Tiergarten de la ciudad de Berlín. Como si regresando esa piedra sagrada para los indígenas pemones se restaurara la devastación que han ocasionado en su territorio.

—Es que no hemos dejado de ser una curiosidad folclórica para extranjeros, nada ha cambiado desde que me nombraron redactor en el departamento de publicaciones del entonces Instituto Nacional Indigenista allá por la década de los 60’s.

—Me pregunto hasta dónde podríamos llegar cuando nuestros gobiernos asuman seriamente la responsabilidad de consultar a los pueblos originarios para definir las políticas que habrán de emanciparnos.

—Lejos, llegaríamos muy lejos, siempre y cuando nuestras sociedades también asumieran como valores sociales las herencias que nos vienen por la sangre y no por las campañas propagandísticas con las que nos atosigan para soñar en la negación de nuestra esencia. Para ello, habríamos de encontrarnos en el reflejo de nuestras identidades, tal como lo escribe en su poema «Néen / Espejo» el maestro Pedro Uc Be:


«Néen u ja’il a wich yuuk, / ti’ ku néentkubáa tu ja’il sayab / le ken a ni’chi’it u ja’ili’,

/ néeno’ob yach’ik u táan a wich.

»Ti’ ta k’ajóoltaj máaxechi’, / ti’ ta wilaj a nool tóoka’ab / tumen u k’áak’il ts’ooni’, / ma’ili’ yanak a na’at tu táan kíimili’.

»Ti’ p’at pektal u paakati’, / ti’ pekekbal utia’al a chiichi’, / ti’ je’ela’an utia’al a yuumi’, / ti’ ku ninibaankil utia’al a na’i’, ti’ xan yaan utia’al a kiiki’.

»U paakato’ob ka wuk’ik / le ken a túunt le ja’o’, / u yicho’ob ka paktik / le ken chíinik a wich yóok’ol u bo’oy.

»U ki’ibokilo’ob ku máan ta ni’ / le ken u yúuts’bent le ja’o’, / u xtóosa’il a wich ku yuk’iko’ob / le ken a ts’u’uts’ u yoochelo’ob ich le ja’o’.

»Túulis a paktik u tsikbalil le néeno’, / ja’ali’ ka wáak’ u ch’i’inile’, / k’íitil tu beetaj u tséetsejal a ch’i’ibal, / beey sa’ap’ik u k’a’ajlayil a xíimbalo’».


«Espejo es el agua de tus ojos yuuk, / en el agua de la fuente se mira / cuando roza con sus labios el agua, / espejos aplastan su rostro.

»Ahí descubriste tu dimensión, / ahí conociste a tu abuelo quemado / por el fuego de la escopeta, / cuando aún desconocías la muerte.

»Ahí quedó derribada su mirada, / ahí yace la de tu abuela, / ahí reposa la de tu padre, / ahí vibra la de tu madre, / y también la de tu hermana.

»Bebes esas miradas / cuando tocas sus aguas, / miras esos ojos / cuando se posa tu rostro sobre su sombra.

»Sobre tu nariz camina su aroma / cuando el agua se deja oler, / beben la llovizna de tus ojos / cuando tus labios tocan su rostro lacrimoso.

»Íntegra es la historia del espejo, / hasta que explotó el siguiente cartucho / que esparció las astillas de tu estirpe, / así secaron la memoria de tus pasos».


—Carajo compadre al menos nos queda la cultura como barricada, pero habrá que fortalecer la organización y la conciencia social para hacer frente a las embestidas de éste embravecido toro de fuego, solo así habrá oportunidad para descarrilar el tren del despojo.

—Así es Rómulo, habríamos de contar los días con otro calendario, como en el tsolkin maya, haciendo referencia a las resistencias y ajustándonos en la batalla por las ideas a la cuenta de las buenas lunas.

—Habría también que perderle el miedo a llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino. Como diría Marco Tulio Cicerón, una nación puede sobrevivir a sus locos y hasta a los ambiciosos, pero no podrá sobrevivir a sus traidores. El traidor es la peste compadre.

—Ni más ni menos, a quien roba hay que llamarle ladrón, a quien miente mentiroso y gatopardo a quien simula transformar todo para que nada cambie. Pero ni hablar mano, hasta aquí llegamos y ahora ¿qué vas a hacer, a dónde vas a ir?

—Luego de este viaje al infierno en el que tuve el horror de acompañarle, voy de vuelta al purgatorio, me regreso pa’ Caracas vale, pues esta vaina del acercamiento que busca Donald Trump con mi presidente me preocupa mucho más que los amagos de invasión armada que recién se frustraron en La Guaira. Ya sabe Usted que por más desavenencias políticas que se tengan, cuando la Patria está en peligro me verá Usted cerrando filas como un miliciano más para defenderla.

—Ya lo creo, pero por lo pronto yo, ante las dudas, navegaré sin bandera hasta que haga falta acudir en defensa de la libertad desplegando un pabellón negro con una calaca que porta un parche en una de sus órbitas oculares. Qué otra nos queda ahora que el presidente de México irá a la Casa Blanca para dar inicio a otra etapa más dura del ‘libre comercio’ con el llamado TMEC, haciéndole además el caldo gordo a Trump en su campaña electoral, lo cual en estos tiempos que corren bien pudiera equipararse a la alta traición.

—Eso sí compadre, en el energúmeno de la Casa Blanca no se puede confiar ni un tantitico así. Yo lo que lamento es que no pude visitar la majestuosidad de las pirámides de Calakmul, desde que leí la descripción del sitio que hizo William J. Folan moría de ganas de conocer esos vestigios y su entorno natural.

—Ya ni me digas mano, pero pues Oxtankah estaba cerrado por remodelaciones, además la carretera hacia Dzibanché – Kinichná resultaba intransitable por las inundaciones que hay pasando Morocoy, también Kohunlich estuvo cerrado por los conflictos que ha habido en Nicolás Bravo y pues para visitar Calakmul ya viste que hay que reservar boletos con meses de anticipación con la Secretaría de la Defensa Nacional que ahora administra el sitio arqueológico, además yo no tengo cartilla militar y no hubiera podido acompañarte.


En la ignota espesura de la confusión nos desgajan las ramas del porvenir, cercenando el patrimonio cultural, social y natural de la humanidad. Se calcula que existen 1,709 vestigios arqueológicos y unas 30 zonas arqueológicas abiertas al público a lo largo de la ruta del Tren Maya, mientras que en la zona de influencia se han registrado 3,024 sitios arqueológicos, así como 15 áreas naturales protegidas. El origen de la inquina de este saqueo con vestimenta de modernidad tiene antecedentes, no es nada nuevo, la riqueza de estas tierras resulta en una maldición para su población. Explotación, despojo, represión, desprecio, son los motores que hacen andar al tren mal llamado maya. El negocio pertenece a los de siempre, Larry Fink de Black Rock, David Solomon de Goldman Sachs, Ana Botín- Sanz de Sautuola y O'Shea del Banco Santander, Hailiang Song de China Comm Construction Co Ltd, Gonçalo Moura Martins del Grupo Mota-Engil, Carlos Slim Helú del Grupo Carso, Jorge Hank Rhon de Banorte, Bernardo Quintana de ICA, Daniel Jesús Chávez Morán del Grupo Vidanta, entre otros poderosos de prosapia. La novedad es que cedieron la administración y algunas concesiones para gozar de pequeños usufructos del proyecto a una iniciativa peculiar, con operadores de la 4T como Rafael Fernando Marín Mollinedo quien ahora funge como Director General del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y que antes se dedicaba a surtir frutas y verduras en hoteles del Caribe mexicano con su empresa Tabana Banana S.A. de C.V. la cual en algún tiempo también gestionaba la concesión de alimentos en la cárcel de Cancún. Igual está su primo Arturo Abreu Marín funcionario federal que controla el gasto social del gobierno en Quintana Roo y su otro primo Nicolás Mollinedo Bastar quien fuera chofer de López Obrador y que ahora encabeza el Movimiento Ambientalista Social por México que pretende convertirse en partido político. Administración central afianzada en la confianza del parentesco, del gentilicio y de la amistad que asegura el flujo de las utilidades directamente hacia el jefe del clan o a su señora que a veces viaja a la zona para fungir como apoderada. Por lo visto, sigue lloviendo sobre mojado.


Apurando ya el cinismo político que habrían de practicar los liberales, para no parecerse en nada a los circunspectos conservadores, personajes destacados de aquellos, no tuvieron reparos en confesar que, trocadas las circunstancias de pura formalidad, así como levantan la bandera de federación habrían enarbolado la de centralismo; pero si esto hubieran hecho, no correspondiendo de ningún modo a la fórmula política a la esencia íntima del movimiento, otra habría sido quizá la suerte de la causa liberal.

—Federación es el monte contra la ciudad— explicarían sus paladines más representativos, broncos macheteros de extracción popular, casi todos.


Rómulo Gallegos, 1937. Pobre Negro

Pandemia del 2020, Quintana Roo, México

Miguel Pickering @pickering_mx



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