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Correcciones a “Una respuesta a JINKO SOLAR”



Por: Juan Carlos Faller Menéndez


Escribo la presente porque mi artículo anterior, “Una respuesta a JINKO SOLAR (…)”, pubilcada en este espacio de Múuch’ Xíinbal, necesita un par de aclaraciones a la luz de hechos y averiguaciones recientes. Dichas en orden:


1) El Sr. Manuel Mendizabal Quemada, directivo de la transnacional china JINKO SOLAR, no mintió cuando dijo que el jueves 23 de enero pasado “los juzgados federales autorizaron reanudar” la instalación de su planta generadora en Cuncunul, que está detenida desde el año pasado. Por lo tanto, aquí se corrige y aclara que no fue una mentira lo que el Diario de Yucatán publicó el domingo 26 de enero al respecto.


2) Entonces, todo lo que se dijo sobre “la mentira de JINKO SOLAR” (del sábado 25) debe corregirse, y de eso se trata –en parte– este escrito. Dicho lo anterior en forma general, procedo a algunas aclaraciones y justificaciones particulares:


a) El artículo que comento dice que “los juzgados federales nunca dieron la supuesta autorización, lo que implica que JINKO SOLAR miente (…)”. En cuanto a ello, es de justicia decir que la asamblea Múuch Xíinbal hizo, del lunes 27 al miércoles 29 de enero, las averiguaciones pertinentes en los juzgados y no halló nada sobre la “autorización”, por lo que asumió que lo dicho por JINKO SOLAR era falso y delicado, y procedió (siendo Múuch’ Xíinbal parte interesada en el juicio de amparo respectivo) a publicar un desmentido el viernes 31 en su página en Wixsite y en redes sociales, habiéndole enviado antes (el jueves 30 en la mañana), por cortesía, el desmentido al Diario de Yucatán. Sin embargo, y al parecer, el jueves 30 el juzgado publicó en algún lado su resolución, pero Múuch’ Xíinbal supo de ella (no sin mucha pena) hasta el lunes 3 de febrero. Hubo confusión y, entre idas y vueltas y averiguaciones, fue hasta el sábado pasado (8 de febrero) que quien esto escribe entendió lo que sucedió, y es la razón de estas líneas.


b) Al respecto, debe decirse que en octubre pasado la transnacional china JINKO SOLAR y la Secretaría de Energía (SENER federal) interpusieron un recurso de revisión respecto a la suspensión de actividades de dicha empresa, otorgada por el Juez V de Distrito en el Estado de Yucatán contra el proyecto destructivo de JINKO SOLAR. Y un tribunal colegiado levantó la suspensión el 23 de enero, a hacerse efectiva a partir del viernes 31.


Y si para dolor general la deforestación de más de 200 hectáreas en Cuncunul se perpetró desde el año pasado, esa destrucción no significa aún la muerte del cenote, pues el monte en el que vive aún es capaz de regenerarse, siempre y cuando no se le robe el sol (y la vida), que es lo que pretende JINKO SOLAR con el apoyo de la Secretaría de Energía de la 4T.


Es precisamente en el tema del cenote donde se puede observar la falta de oficio de los encargados de administrar la justicia, que toman la vía fácil de mirar a otro lado y darle vuelta a la página. La actitud y postura valemadrista (por decir lo menos) del tribunal colegiado que autorizó a JINKO SOLAR continuar con sus actividades destructivas puede verse en lo siguiente: para desestimar pruebas y argumentos el tribunal señala que “En ese contexto, NO ES POSIBLE considerar la mención […] al anuncio del 4 de diciembre de 2018, referente al hallazgo institucional* [es decir, por parte del INAH] del cenote, que forma parte de un antiguo asentamiento precolombino en el interior del polígono en el que se pretende desarrollar el proyecto, ya que se trata de aseveraciones cuya acreditación requería demostrarse al menos indiciariamente con algún otro elemento de prueba”. Aquí es claro –como se observa– que el tribunal desestima por completo el tema del cenote, parcializando su análisis en favor de la empresa (y de la SENER), y nos preguntamos: ¿Por qué el colegiado no hizo referencia al INAH, o por qué no analizó con más profundidad y detalle algo tan fundamental (el cenote) antes de revocar la suspensión?


En este sentido cabe señalar que la parte maya amparada pidió al INAH el reporte sobre el cenote, pero la respuesta “institucional” fue que era información clasificada, por lo que ha sido confidencial por más de 12 años. Sólo una orden judicial hubiera podido obligar al INAH a hacer una excepción, pero la orden no llegó porque el tribunal colegiado al parecer nunca quiso ver (ni trabajar “de más”).


El tribunal colegiado tambien concluye que “si bien hay certidumbre sobre la construcción y operación del proyecto en una superficie (246.8 ha) de propiedad privada (…), eso no basta para inferir una afectación al derecho colectivo que los quejosos dicen defender (…) puesto que la afectación no puede ser hipotética, conjetural o abstracta, sino palpable y discernible objetivamente”.


Y nosotros preguntamos: ¿Qué tan “palpable y discernible objetivamente” debe ser la destrucción de un monte maya donde vive un cenote, para que el tribunal colegiado deje de considerarla una destrucción “hipotética, conjetural y abstracta” del territorio cultural maya? Misterios ocultos de la justicia federal a la mexicana…


c) Dicho lo anterior, cierro este artículo aclaratorio con lo siguiente: el texto publicado con mi nombre el sábado primero de febrero lleva título doble: “Una respuesta (…). Vila Dosal, Abraham Xacur y las amenazas a Múuch’ Xíinbal”. En cuanto a esta segunda parte, sobre las amenazas a Múuch’ Xíinbal y su relación con Mauricio Vila Dosal y Alberto Abraham Xacur, no tengo más que repetir lo mismo:


Dice también la asamblea maya [Múuch’ Xíinbal] que en ese ambiente de aplausos y comunión de intereses (y desintereses) de la feria de Abraham y Vila, el Sr. Mendizabal Quemada (cara de JINKO SOLAR), tal vez obviando y en afán de lavar el ancho rastro de presiones, amedrentamientos y amenazas (todas relacionadas con el proyecto de JINKO SOLAR en Cuncunul), agarró e “hizo un llamado al diálogo a […] Múuch Ximbal, representada por Pedro Uc, para que retire la solicitud de amparo que promovió”.


Pedro Uc, poeta y maestro, es uno de los rostros fundadores y más visibles de Múuch’ Xíinbal. Hace pocas semanas Pedro y su familia recibieron amenazas de muerte. Y ahora, en el mismo sentido y desde el mismo centro de la CANACINTRA-Yucatán, el sábado 25 [de enero] hizo JINKO SOLAR un “llamado público” para que Múuch’ Xíinbal y Abraham-Vila-JINKO SOLAR dialoguen y lleguen a “acuerdos que permitan la instalación y funcionamiento de la planta solar”.


Es de notar que esas últimas nueve palabras (“permitan la instalación y funcionamiento de la planta solar”) hacen un buen resumen de lo que se exige menos públicamente y en otro lenguaje: el de las presiones, los amedrentamientos y las amenazas de muerte como las que ha estado recibiendo Múuch’ Xíinbal en el curso –decíamos– del juicio de amparo contra la transnacional china JINKO SOLAR. (Hay algo evidentemente macabro y oscuro en este “solar”, así como en las destacadas figuras de otros señalados, como el gobernador Vila y su tío Alberto).


[…]


Para concluir, no está de más recalcar un dato central: el problema con JINKO SOLAR y cómplices [como la Secretaría de Energía, SENER federal] NO ES y NUNCA HA SIDO el tema de la energía limpia. El problema central, el núcleo del desencuentro estriba en que EL FIN (la energía solar) NO JUSTIFICA LOS MEDIOS (la destrucción y la muerte que la transnacional china JINKO SOLAR “necesita ocasionar” para erigir su monstruo energético). JINKO SOLAR quiere desaparecer un monte de cientos de hectáreas en un predio donde vive un cenote de importancia cultural para el pueblo maya (en Cuncunul y alrededores, y en general). Y JINKO SOLAR pretende justificar su intención destructiva con una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que algunos califican de más criminal que defectuosa (modelo “megaparque yucateco”) y que no resiste una revisión decente.


Ante ello, Múuch’ Xíinbal dice –palabras más, palabras menos– que no es ético ni moral ni decente ni lógico llamar “energía limpia” a la que quiere tragarse de arranque un monte (cientos de miles de árboles [que JINKO SOLAR ya arrancó]), desde la raíz, y borrar un cenote de la faz del mundo maya vivo y actual.


[…]


La lucha de Múuch’ Xíinbal es por la integridad del territorio maya, que es sustrato, sustento, reflejo y futuro de su gente, su cultura, su identidad y de la misma biodiversidad. La lucha es por la tierra y por la vida que lleva. La lucha de Múuch’ Xíinbal es una lucha por el bien de todos, a base de corazón, de información, de ejercer el derecho a saber y de exigir respeto. ¿Qué más decir? ///


La lucha sigue. (JCFM, Jo’, Yucatán, 11 de febrero de 2020)


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