Juez descalifica a mayas por su vestimenta
Flavio Ayuso, uno de los abogados de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya "Múuch' Xíinbal" en una reunión comunitaria/ Foto: Haizel de la Cruz
El pasado 31 de mayo se llevo a cabo la tercera audiencia del ejido de San José Tipceh municipio de Muna contra la empresa “Vega Solar” derivado de la controversia agraria número 1590/2018 en donde tendría lugar la audiencia de ley, sin embargo los demandantes antes de abrir dicha audiencia cuestionaron al magistrado a fin de brindarles mayor certeza jurídica, la capacidad técnica del traductor intérprete que designó el INDEMAYA no contaba con alguna certificación que acredite su capacidad como perito, el magistrado considero que bastaba con que hable la lengua maya sin tomar en cuenta que se necesita cierta capacidad técnico-jurídica para desahogar la audiencia como lo establece el Reglamento de Peritos del Poder Judicial del Estado de Yucatán. En ese mismo sentido el que preside el tribunal cuestionó a los demandantes su autoadscripción como indígenas mayas ya que si bien hablan la lengua maya ya no usan su “vestimenta tradicional” y por tal motivo ya no cumplen con las características de una “etnia”. No solo se puede denotar la discriminación, sino que también demuestra la incompetencia judicial del magistrado para respetar la Constitución mexicana y los tratados internacionales en materia de derechos humanos de los pueblos indígenas, es un error pensar que el procedimiento agrario solamente debe estar limitado al estudio de la jurisprudencia y aplicación de la ley agraria sin considerar la legislación indígena que beneficia a los pueblos originarios (principio pro homine), es decir la impartición de justicia agraria debe darse también considerando el derecho consuetudinario y el pluralismo jurídico.
El actuar del magistrado en este caso se equipara al actuar de un árbitro de futbol donde su mirada reside constantemente en el movimiento de la pelota, pero no el contexto de los demás jugadores y como buen dirigente del espectáculo, se convierte en el líder del circo. Cuestionarles a los demandantes algo tan absurdo como su vestimenta equivale a decirle al magistrado por qué no lleva toga, peluca y su martillito para acreditar su “personalidad jurídicamente”, es como decir que el doctor no es doctor hasta que no tenga su bata, lo obviedad de lo absurdo se explica por sí solo.
Esto apenas refleja el panorama judicial en la que casi todas las veces a los pueblos mayas no se le garantiza íntegramente su acceso a la justicia y son tratados bajo la perspectiva meramente civil del estado mexicano sin considerar que también son sujetos de derecho bajo otra forma de enunciamiento del derecho positivo mexicano consagrado en el artículo 2 constitucional. El caso San José Tipceh que se ventila en el Tribunal Unitario Agrario número 34 con sede en la ciudad de Mérida nos da una referencia de la situación judicial agraria en Yucatán que va muy lejos de tener una función conforme a derecho, como consecuencia, muchas veces se tiene que recurrir a un juicio constitucional para hacer valer las violaciones, en tanto los ejidos cada día van perdiendo sus territorios frente a los especuladores inmobiliarios o grandes empresas tanto nacionales como extranjeras.
La pregunta obligada bajo este panorama es ¿hacia dónde va la justicia agraria? Lo que se puede decir por el momento es que mientras no se respeten los derechos humanos de los pueblos mayas, la cosa no va a ningún lado. La próxima audiencia del ejido de San José contra la empresa, antes mencionada, está programada para el día 27 de agosto donde veremos si continúa un partido de futbol arreglado o una audiencia conforme a derecho.
Quienes creen que la colonización, la discriminación y el racismo en contra de los pueblos mayas de parte de las autoridades es historia, solo tienen qué leer el acta donde este magistrado vierte su desprecio en contra del pueblo maya.
*Uno de los abogados de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya "Múuch' Xíinbal"
