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Confesiones y confusiones de la 5ª Expo Foro Ambiental en Mérida


La SEMARNAT confirma la existencia de animales como el jaguar en esta área que la empresa fotovoltaica deforestaba. Parque solar de Valladolid

La SEMARNAT confirma la existencia de animales como el jaguar en esta área que la empresa fotovoltaica deforestaba. Parque solar de Valladolid


Dicen que no hay quinto malo, y del 17 al 19 de mayo de 2019 tendremos en Mérida la 5ª Expo Foro Ambiental. Esta es una iniciativa conjunta de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Mérida (CANACO SERVYTUR Mérida) y de la flamante Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) del gobierno del estado de Yucatán. En efecto, fue en el gobierno de Rolando Zapata cuando se comenzó y consolidó esta propuesta a través de la extinta Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), y la SDS ha decidido darle continuidad a este evento anual. En las siguientes líneas haré una crítica del evento en función de una serie de simbologías y discursiva que se utilizan alrededor del mismo, basados en lo que podemos encontrar en la página web de la misma (https://www.expoforoambiental.com.mx/).


Comencemos con el título que ostenta el evento, compuesto de tres palabras clave: (1) la exposición, que se refiere a una presentación pública de artículos y que en este caso tiene motivos no sólo culturales sino claramente comerciales; (2) el foro, es decir, un espacio de debate o discusión públicos; y (3) ambiental, que seguramente tomó su nombre de uno de los bastiones de la SEDUMA, el medio ambiente. Quizás en las futuras ediciones se cambie el nombre a Expo Foro Sustentabilidad, haciendo alusión a la SDS. Es entonces claro el propósito del evento y no debe espantarnos que se ofrezca la posibilidad de lucrar con los conceptos de medio ambiente y sostenibilidad. Algunos le llaman capitalismo verde y, en mi opinión, se trata de los últimos esfuerzos de persistencia de un sistema económico que ha basado su desarrollo en la depredación de nuestro planeta y que, por lo tanto, está destinado a desaparecer en un futuro próximo si no queremos que desaparezca antes el ser humano.


A pesar de distintos esfuerzos en décadas pasadas por minimizar el efecto antropocéntrico sobre el desequilibrio ecológico, en los últimos años se ha hecho notorio a escalas cada vez mayores y es claro en la actualidad un cambio global asociado a impactos ambientales locales acumulativos y sinérgicos. El postulado capitalista de una fuente inagotable de recursos naturales se ha venido abajo y notamos con estupor que no sólo las reservas mundiales han sido disminuidas sistemáticamente, sino que se transforman en grandes cantidades de desechos tóxicos y difíciles de eliminar. Pero la conciencia pública ha sido nuevamente engañada: las empresas, en su afán de beneficio económico, por no decir enriquecimiento exasperado, han encontrado la forma de seguir haciendo negocios con esta conciencia.


Autos híbridos o bicicletas de alta tecnología, celdas fotovoltaicas o alimentos orgánicos, una nueva lista de productos ha aparecido en los mercados mundiales para calmar las preocupaciones de los consumidores. Sin embargo, estas nuevas mercancías normalmente esconden los impactos totales del ciclo de vida del producto y tienen costos más altos, por lo que terminan siendo poco asequibles para la mayoría de la población. Al final, el consumo es mayor, al igual que las ganancias, creando un círculo vicioso que sigue utilizando recursos limitados y produciendo desechos ilimitados, además del propósito original de acumular capital. También se crea una especie de esquizofrenia en el consumidor, quien se debate entre reducir su huella y el consumismo de la nueva oferta.


En la Expo Foro se venden stands y en los stands de venden productos. También hay patrocinadores: de los diez que se enlistan, nueve son empresas comerciales o industriales. De las conferencias y mesas panel que habrá, la mayor parte de los expositores representan a compañías privadas. Las empresas muestra su responsabilidad social y ambiental, se hacen así sostenibles. Tal es el caso de la conferencia que dará una representante del Grupo MARS, que comprará la electricidad generada en el Parque Eólico Dzilam Bravo, olvidando que las turbinas fueron manufacturadas en China y transportadas hasta Yucatán con el uso de combustibles fósiles. Este monopolio transnacional también quiere lavar su huella de carbono en la manufactura de alimentos y otros productos no tan nutritivos, al firmar un contrato para la compra de energía limpia, desatendiendo que la electricidad se genera a cientos o miles de kilómetros de distancia en una planta que representa daños ambientales locales en una zona costera de conservación.


Finalmente, dentro de las actividades del evento se anuncia también un curioso concurso de fotografía que cerró su convocatoria en abril pasado. Los temas del concurso “Gran Península Sostenible” son la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas y la Alianza por la Sostenibilidad de la Península de Yucatán (ASPY 2030). El ASPY es un protocolo que los gobiernos de los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán firmaron en 2016, dentro del marco de la COP13 de Biodiversidad en Cancún. En esta Alianza, siguiendo los objetivos de la Agenda 2030, se perfilaba justamente un impulso a la economía verde del territorio peninsular. Sin embargo, un conjunto de organizaciones de comunidades mayas lograron una suspensión del ASPY en 2018, por medio de un amparo en el que se pide considerar justamente la opinión de una población mayoritaria en Yucatán a través de una gran consulta indígena.


Más allá de la consulta, los derechos indígenas incluyen el de la libre determinación, es decir, el derecho a decidir su futuro. Esto obedece a una deuda histórica con los pueblos originarios de nuestro país, que han sido discriminados por siglos, pero que aún persisten en el presente. Es justamente su cosmovisión y su manejo del territorio lo que les ha mantenido a lo largo del tiempo, y es de ellos de quienes debemos aprender los conceptos más fundamentales de la sostenibilidad. Sin embargo, persiste la discriminación al evitar escuchar su voz, no sólo para dar una continuidad legítima al ASPY, sino también en la 5ª Expo Foro Ambiental, donde los mayas no forman parte sustancial del evento.

Rodrigo Patiño

Investigador titular, Cinvestav-Mérida, y miembro de la Articulación Yucatán

rodrigo.patino@cinvestav.mx

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